El requiem de un corazón roto - Capítulo 347
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Capítulo 347:
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Los comentarios de Natalia eran perspicaces, pero Rachel dio un sorbo tranquilo a su café antes de responder.
—Si mi hermano y yo gozamos de perfecta salud, tienes razón, no nos faltaría nada económicamente.
¿Salud? Natalia ladeó la cabeza, procesando la implicación. Pensó que Rachel se refería al autismo de su hermano. La enfermedad era costosa y difícil de manejar, y a menudo daba lugar a resultados impredecibles. Era como tirar el dinero por la ventana.
Natalia no prestó atención a las palabras de Rachel, ajena al asombroso secreto que ocultaban.
Fue demasiado descuidada. En el futuro, reflexionaría a menudo sobre esta conversación con profundo arrepentimiento. Sin embargo, ningún remordimiento podría hacer retroceder el tiempo.
Rachel añadió: «La vida está llena de sorpresas, ¿verdad? Adquirir una habilidad que garantiza la independencia y no tener que depender únicamente de los demás añade una capa de seguridad y paz».
Natalia asintió, aunque no estaba claro si había comprendido todo el significado.
Rachel entendía bien su confusión. Sus vidas eran muy diferentes. Natalia había vivido como una reina, protegida y lejos de esas preocupaciones. Rachel, por el contrario, estaba anclada en la realidad de la supervivencia diaria.
«Cambiemos de tema. ¿Por qué rompiste con Brian? ¿No temes que Tracy te lo quite?».
Rachel admitió: «Tenía miedo, pero eso fue en el pasado. Ahora lo he aceptado. Estar con alguien que no te corresponde no es feliz. Es mejor apartarse y dejarle ser feliz».
Natalia preguntó, sin querer darse por vencida: «¿Estás dispuesta a dejar que Tracy se quede con él?».
Rachel respondió con sinceridad: «No me gusta la idea, pero ¿qué otra opción tengo?».
Para Brian, Tracy era la única que importaba. Esta realidad era algo que Rachel había sido incapaz de cambiar durante casi una década y que no iba a cambiar en un futuro próximo. Por lo tanto, tenía que aceptar su situación.
«¿Crees que hay alguna posibilidad de que volváis a estar juntos?», preguntó Natalia una vez más.
Rachel se limitó a negar con la cabeza. «Las posibilidades son tan remotas como ganar la lotería».
Los ojos de Natalia brillaron con un toque de picardía. Tras hacer una pausa para reflexionar, dijo con sinceridad: «Rachel, esas son tus palabras, no las mías. Nadie te ha obligado».
Rachel se sintió confundida por su afirmación, sin saber muy bien qué significaba. Natalia se apresuró a añadir: «Entonces, ¿me ayudarás? Ayúdame a conquistar a Brian».
La reacción de Rachel fue inmediata. Se atragantó con el café y empezó a toser. «¿Estás sugiriendo que…?»
«Sí, lo digo muy en serio. Quizás podría soportar perder contra ti, pero me niego a perder contra Tracy», dijo Natalia con determinación.
En ese momento, Rachel estuvo a punto de hablar. Al mirar a Natalia, vio brevemente un reflejo de sí misma cuando era más joven: enérgica y audaz. Natalia, sin embargo, irradiaba una confianza y una vitalidad que ella no había tenido a esa edad.
Sin embargo, la idea de ayudar a una rival a ganarse el afecto del hombre que amaba superaba su capacidad de generosidad. Y aunque podía engañar a los demás, no podía engañarse a sí misma. En el fondo, sabía que sus sentimientos por Brian no habían desaparecido. Su amor por él era tan profundo como siempre.
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