El requiem de un corazón roto - Capítulo 298
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Capítulo 298:
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Una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro de Yvonne.
Mientras tanto, Tracy se quedó atónita. Era evidente que se trataba de una trampa. ¿Por qué la pregunta para Rachel era tan fácil, mientras que a ella le tocaba una más difícil?
Yvonne ya sabía lo que estaba pensando Tracy y la interrumpió diciendo: «Recuerda, la ganadora establece las reglas. Si me ganas, podrás pedir lo que quieras. Entonces, pregunta lo que quieras y te responderé con sinceridad».
Eso fue suficiente para despertar el espíritu competitivo de Tracy. Su deseo de superar a Yvonne se apoderó de ella.
Yvonne aprovechó la oportunidad para preguntar: «Bueno, ¿vas a seguir jugando?».
«Por supuesto», respondió Tracy con voz firme y determinación en los ojos.
«Claro, voy a seguir hasta el final», dijo Tracy con firmeza.
Como Yvonne había ganado la última ronda, se encargó de barajar las cartas. Mientras tanto, Tracy no apartaba los ojos del mazo que Yvonne tenía en las manos, pensando que la suerte de Rachel y Yvonne no podía durar para siempre. Era imposible que siguieran ganando una ronda tras otra. Las probabilidades tenían que cambiar en algún momento. Ya había perdido dos veces, y era imposible que su suerte pudiera empeorar. Solo necesitaba una victoria para darle la vuelta a la situación y vengarse.
Impulsada por la emoción de la victoria, la confianza de Tracy se disparó. Estaba convencida de que esta ronda era suya. Mientras Yvonne o Rachel perdieran, ella sería feliz.
—Brian White, corta el mazo. Esta vez, Yvonne dejó que Brian cortara el mazo intencionadamente.
Brian no dudó y lo hizo, mientras Yvonne repartía rápidamente las cartas a los jugadores. Eric no perdió tiempo en poner su carta sobre la mesa. Era una decisión fácil: había sacado un «5», demasiado bajo para ganar.
Brian y Norton dieron la vuelta a sus cartas una a una, y sus números quedaron en un término medio. Eso dejaba la batalla final en manos de las mujeres.
El corazón de Tracy latía con fuerza, mientras la expectación y los nervios se entremezclaban en su interior. Agarró con fuerza el borde de su carta y la levantó lo justo para echar un vistazo.
«¿Qué pasa? ¿Estás perdiendo la confianza?», las repentinas palabras de Yvonne sobresaltaron a Tracy, haciendo que le temblara la mano y que accidentalmente dejara al descubierto la mitad de su carta. Pero en cuanto vio el número, se enderezó al instante y recuperó toda su confianza.
Tracy carraspeó y dijo con tono sereno: «Debes estar bromeando. Yo era la que quería seguir, ¿por qué iba a tener miedo? Además, ya has ganado bastantes veces. La suerte no siempre estará de tu lado». Esbozó una sonrisa de confianza. «Yo diría que esta ronda es mía».
«¿Ah, sí? ¿Eso es lo que crees?», se rió Yvonne, pero no insistió.
Tracy dirigió su atención a Rachel y dijo: «Rachel, ¿por qué no revelas la tuya primero?».
Rachel estaba a punto de negarse, pero entonces Yvonne le lanzó una mirada que bastó para que se lo pensara mejor.
«Está bien». Dicho esto, dio la vuelta a su carta.
En cuanto Tracy vio un «5», sus ojos brillaron de emoción. Por fin había llegado su momento. Miró a Rachel, disfrutando claramente del momento.
«Lo siento, Rachel», dijo, sin parecerlo en absoluto, y dio la vuelta a su carta.
Sobre la mesa había un comodín.
Brian y Norton intercambiaron miradas de sorpresa. Era raro sacar un comodín, era prácticamente una victoria segura. Tracy podría ser la ganadora, dejando a Rachel y Eric en el bando de los perdedores. A Eric no le importaba demasiado, ya que el resultado no le afectaba en absoluto. Pero para Rachel era otra historia.
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