El requiem de un corazón roto - Capítulo 297
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 297:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Para sorpresa de todos, solo era un «3».
Rachel, que solía tener suerte en el juego, siempre había sacado números altos hasta ahora. Este giro de mala suerte fue un shock.
Tracy, por otro lado, sintió una oleada de alivio. Al ver que el número bajo de Rachel coincidía con el suyo, mostró su carta con confianza.
«¿Qué te parece, Rachel? Hemos sacado el mismo número», dijo Tracy con un tono de satisfacción.
Yvonne no pudo resistirse a hacer un comentario. «¡Típico de mi suerte!». Su afirmación captó la atención de todos.
El juego estaba llegando a su fin, con la mayoría de las cartas boca arriba. Las cartas más bajas, los tres, las tenían Rachel y Tracy, mientras que los diez pertenecían a Brian y Norton.
Era el turno de Yvonne de mostrar su mano. En ese momento, no dudó. Con un movimiento decisivo, dio la vuelta a su carta. Una reina quedó boca arriba sobre la mesa.
Yvonne ganó.
Tracy palideció y apretó los puños con fuerza.
Con una sonrisa, Yvonne dijo: «Ya está decidido. He ganado y tú, Tracy Haynes, sigues sin llegar a la meta».
Intentando ocultar su decepción, Tracy respondió con una sonrisa forzada: «Bueno, si yo soy la perdedora, Rachel está conmigo. Es justo».
«¡Exacto!», coincidió Rachel, con tono indiferente.
Yvonne y Rachel se hicieron eco la una a la otra, perfectamente alineadas. Tracy se sintió algo reconfortada al pensar que no sería la única que sufriría las consecuencias. Supuso que Yvonne sería indulgente con Rachel, pero Tracy había juzgado mal la situación.
El siguiente movimiento de Yvonne fue hacer preguntas personales e incisivas. Centrándose en Tracy, Yvonne preguntó: «Continuemos contigo. Cuéntanos cómo fue tu primera vez. ¿Cómo fue?».
La pregunta tomó a todos por sorpresa, incluida Rachel. No esperaba que Yvonne la defendiera hasta tal punto. La mirada de Norton hacia Yvonne era penetrante, llena de desaprobación.
Pero Tracy, tomada por sorpresa, instintivamente buscó su vaso. Yvonne le advirtió rápidamente: «Recuerda, Tracy, esta vez son cinco vasos, no cuatro. ¿Estás lista para eso?».
«Sí, estoy segura», respondió Tracy, tratando de mantenerse firme.
La pregunta de Yvonne era una trampa ingeniosa. Tracy se dio cuenta de que responder solo empeoraría su situación. Su única opción viable era soportar las consecuencias. «Acabemos de una vez».
En ese momento, el tono familiar de Brian irrumpió mientras le quitaba el vaso. Valientemente, se bebió los cinco vasos de un solo trago.
El color desapareció de su rostro cuando empezó a sentir los efectos de los catorce vasos de licor que había consumido. A pesar de su pequeño tamaño, los vasos superaban su límite.
Con una mirada feroz, Tracy se volvió hacia Yvonne y dijo: «¡Ahora le toca a Rachel!».
Yvonne asintió, se volvió hacia Rachel y le hizo la pregunta. «La verdad. ¿Nuestra amistad es para toda la vida?».
«Sin duda», respondió Rachel con confianza.
.
.
.