El requiem de un corazón roto - Capítulo 1074
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1074:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
En el coche, Norton se sentó en el asiento trasero, mirando el espacio vacío a su lado. El que solía ocupar Yvonne. Sin ella, se sentía extrañamente vacío.
Entonces, sus pensamientos se agitaron al recordar las palabras de Zola. Yvonne había preparado ella misma la bandeja de fruta. Con cuidado, con esmero, solo para él. Había ido a su casa para intentar arreglar la ruptura entre ellos. Y él no se había dado cuenta. Porque se había quedado dormido.
Se frotó las sienes, sintiendo cómo el peso del arrepentimiento se hacía más intenso con cada segundo que pasaba. ¿Por qué se había quedado dormido en ese momento?
La ciudad se deslizaba por la ventana.
Entonces, sin levantar la vista, Norton habló en voz baja. —Lléveme al aeropuerto.
El conductor no hizo preguntas. Simplemente cambió de dirección y se dirigió al aeropuerto.
Norton se recostó, con los ojos cerrados, sin saber muy bien qué estaba haciendo, pero seguro de una cosa. Necesitaba ver a Yvonne.
Yvonne acababa de llegar al aeropuerto. Margie ya estaba en la entrada, saludando frenéticamente.
—¡Yvonne! ¡Por fin! ¡Date prisa! —gritó Margie.
Yvonne se rió ligeramente y corrió hacia ella. —Aún tenemos tiempo, Margie. ¿Por qué tanta prisa? —Sonrió, pero la preocupación no había desaparecido de sus ojos. No había tenido oportunidad de explicarle nada a Norton. Se preguntaba si todavía estaría enfadado.
Margie la empujaba mientras charlaba, pero Yvonne solo la escuchaba a medias. Aferrada a su tarjeta de embarque, Yvonne volvió a mirar su teléfono. Todavía quedaba algo de tiempo antes de facturar, pero el mensaje que esperaba no había llegado.
Encuentra más en ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝓬𝓸𝓂 con contenido nuevo
Esbozó una sonrisa triste y apagó el teléfono. No parecía que él fuera a enviarle ningún mensaje.
Pronto, la gran pantalla mostró su número de vuelo. Era hora de embarcar.
Yvonne se detuvo y miró atrás por última vez, pero no había nadie. Subió al avión con Margie, con el corazón encogido cuando la puerta se cerró detrás de ellas. El avión se elevó hacia el cielo, atravesando las nubes y dejando una estela blanca a su paso.
Norton llegó al aeropuerto unos minutos tarde. Salió del coche justo a tiempo para ver su vuelo elevándose por encima de él, encogido en el cielo.
Durante un largo momento, se quedó allí, en silencio, inmóvil, perdido en sus pensamientos.
Norton se quedó en el aparcamiento del aeropuerto durante lo que le pareció una eternidad, con la mirada fija en el ir y venir de los viajeros que se entremezclaban en la entrada de la terminal.
Finalmente, sacó su teléfono y marcó el número de Leif. —Averigua adónde se dirige Yvonne en este viaje de negocios.
Su voz era mesurada, casi indiferente, pero el fuerte apretón del teléfono delataba la tormenta que se escondía bajo su aparente calma.
.
.
.