El requiem de un corazón roto - Capítulo 1055
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Capítulo 1055:
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El rostro de Rory se nubló. Se movió incómodo, con las mejillas enrojecidas por la vergüenza, y finalmente bajó la mirada, tragándose cualquier respuesta que pudiera haberle venido a la mente.
Yvonne mantuvo la sonrisa y dijo: «Malvina, no hay necesidad de ser tan dura. Heidi se lo ha buscado ella misma. En cuanto a Rory, trabaja duro y se lleva bien con todo el mundo. No es adulación, es profesionalidad».
Yvonne pasó junto a sus compañeros y regresó a su escritorio, dejando escapar un suave suspiro.
Ser editora de sección tenía sus retos, sobre todo a la hora de mediar en disputas entre compañeros de trabajo.
Apenas se sentó, Margie se inclinó hacia ella y le susurró con vehemencia: «Malvina se ha pasado de la raya con esa actitud».
Yvonne asintió con la cabeza. «Sus comentarios son bastante hirientes».
Después de asegurarse de que nadie más pudiera oírlas, Margie continuó: «Eres nueva aquí, Yvonne. Malvina y Heidi han tenido problemas antes…».
—¡Yvonne! —Malvina apareció de repente en el puesto de trabajo de Yvonne con una sonrisa empalagosa. Al instante, Margie se quedó en silencio.
«¿Qué pasa, Malvina?», preguntó Yvonne, manteniendo la calma.
Malvina lanzó una mirada victoriosa a Margie antes de mostrar una elegante lata. «He visto que nunca tocas el café de la sala de descanso. Son granos de alta calidad que trajo mi amigo de un viaje al extranjero, un regalo para ti».
Yvonne lo rechazó amablemente, diciendo: «Es muy amable, pero tengo en casa».
«¿Me estás menospreciando al rechazar mi amabilidad?», preguntó Malvina con tono más severo.
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Yvonne respondió con resignación: «No bebo mucho café, pero ya que te has tomado tantas molestias, lo aceptaré encantada. Gracias».
Satisfecha, Malvina se alejó.
Mientras observaba la figura de Malvina alejándose, Margie frunció el ceño.
Yvonne pellizcó juguetonamente la mejilla de Margie. «No te preocupes. Continúa con tu historia».
—Tienes razón. Aún me quedaba algo por contar. Malvina y Heidi nunca se llevaron bien. Después de que se fuera el editor anterior, nuestra sección estuvo a punto de desaparecer. Malvina tomó unas fotos increíbles que la salvaron y le valieron el puesto de editora en funciones. Luego, cuando Heidi fue trasladada de la sección de entretenimiento para ocupar el puesto de Malvina, esta pasó a ser editora adjunta, y ahí fue cuando las cosas se torcieron».
«Pero, ¿qué pinta Rory en todo esto?», preguntó Yvonne.
«Malvina le guardaba rencor a Rory porque se puso del lado de Heidi», añadió Margie.
Luego pensó y comentó: «¿Malvina te hizo un regalo? ¡Debe estar tratando de ganarse tu favor!».
Yvonne permaneció en silencio, pero le indicó a Margie que pusiera los granos de café en la sala de descanso para que todos pudieran disfrutarlos.
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