El requiem de un corazón roto - Capítulo 1034
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Capítulo 1034:
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«¡No te voy a dejar salir tan fácilmente!», espetó Shelly.
Yvonne ignoró la burla, pero la frustración de Shelly no hizo más que crecer. Creía que Yvonne no se atrevería a ir más allá. Una retorcida satisfacción brotó en su interior. Sus ojos se posaron en la olla que había sobre la mesa y una sonrisa maliciosa se dibujó lentamente en su rostro.
En un instante, Shelly agarró la olla y le arrojó el café caliente a Yvonne.
«¡Cuidado!», gritó Margie, girándose justo a tiempo. Sin pensarlo, empujó a Yvonne fuera del camino.
Yvonne se giró rápidamente al ver el movimiento de Shelly. Su furia alcanzó su punto álgido.
Ya había aguantado bastante, pero esta vez Shelly había cruzado la línea. Gracias a la rápida reacción de Margie, Yvonne salió ilesa, pero la mano de Margie no tuvo tanta suerte. Quedó salpicada de café hirviendo, que se enrojeció e hinchó al instante.
La paciencia de Yvonne finalmente se agotó. Abofeteó a Shelly con fuerza en la cara. «Nunca sabes cuándo parar, ¿verdad?».
Shelly se quedó paralizada, llevándose la mano a la mejilla, en estado de shock. «¡Cómo te atreves a pegarme!».
«Sí, te he pegado», dijo Yvonne, cruzando los brazos y mirándola con desprecio. «¡Te has atrevido a abofetearme! ¡Estás muerta!».
Furiosa por la fría mirada de Yvonne, Shelly se abalanzó sobre ella, tratando de agarrarle un mechón de pelo.
Yvonne la empujó hacia atrás, haciendo que Shelly tropezara.
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«¿Qué está pasando aquí?», Ethan se interpuso rápidamente entre Yvonne y Shelly, mirando a esta última con ira.
Shelly reconoció al instante la alta y atractiva figura que le bloqueaba el paso. Rápidamente se cubrió el rostro y levantó la vista con expresión triste. —Ella me empujó.
Yvonne soltó una risa aguda. Ella nunca podría imitar a Shelly, que se echaba a llorar en cuanto aparecía un hombre. Shelly solo se hacía la víctima porque sabía que no había cámaras y que podía dar su versión de los hechos como quisiera.
La voz de Ethan se volvió fría, y su habitual calma fue sustituida por un tono autoritario. —Yvonne nunca haría algo así sin una buena razón.
Yvonne se quedó momentáneamente desconcertada por las palabras de Ethan. Miró fijamente su alta figura frente a ella, protegiéndola, y una oleada de gratitud la invadió. No había imaginado que él depositara tanta confianza en ella.
Shelly, que había oído todo, se mostró repugnada y dejó de fingir. Se levantó, aún ocultando el rostro. —Así que tú eres el nuevo apoyo de Yvonne.
«Espero que muestres respeto tanto a Yvonne como a mí. Deja de lanzar acusaciones falsas. Si no, Stylist Magazine te pondrá en la lista negra para siempre», dijo Ethan, con su tono habitual, que pasó de ser tranquilo a frío y autoritario.
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