El regreso de la heredera adorada - Capítulo 1331
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Capítulo 1331:
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«Sabes, siempre he tenido muchas ganas de conocerla. He visto fotos, es preciosa, pero no es lo mismo. Quiero verla en persona». Entonces, sin perder el ritmo, le hizo una petición que él debería haber visto venir.
«Waylon, ¡llévame contigo a Lorpond!».
Waylon parpadeó, momentáneamente desconcertado. La impulsividad de Jenny nunca dejaba de sorprenderlo.
«Voy a volver por algo importante. ¿Y tu trabajo?».
Jenny restó importancia a su preocupación.
«Solo son unos días. Además, eres rico. No me harás pagar el viaje para visitar tu casa y vivir peor que ahora, ¿verdad?».
Waylon no pudo evitar reírse. Jenny le había ayudado mucho cuando llegó a Mila y no iba a dejar que se preocupara por algo así.
—¿Cómo podría hacerlo? ¿De verdad crees que dejaría que eso pasara? Si vienes conmigo, yo me encargo de todo. Pero no hagas nada ilegal ni inmoral en mi nombre. —El tono de Waylon era firme.
Jenny sonrió satisfecha.
—Así sí que me gusta. Quiero decir, ¿no es mucho mejor que trabajar? ¡Lo consideraré unas vacaciones!
Waylon suspiró, pero no discutió. Una vez le había dicho a Madisyn que, si alguna vez tenía la oportunidad, le presentaría a su nueva amiga. Era un momento tan bueno como cualquier otro para cumplir su promesa.
—De acuerdo —dijo.
—Prepárate, entonces. Nos iremos juntos cuando llegue la hora.
—No hay problema.
Por supuesto, como hermana de Andrew, Evie también tenía que asistir a la boda.
El tiempo pasó volando y pronto llegó el día tan esperado.
La víspera de la boda, todo el equipo nupcial trabajaba sin descanso para ultimar los últimos detalles para la futura novia.
La habitación de Madisyn en la mansión Johns se había transformado en un lugar de ensueño: romántico, elegante y perfecto para la ocasión.
Esa noche, se oyó un suave golpe en la puerta. Elaine estaba allí.
—Mamá
Madisyn la recibió y Elaine sonrió, con la mirada llena de ternura.
—Mi preciosa hija se casa mañana. La tradición dice que esta noche la madre debe permanecer al lado de su hija.
Guió a Madisyn hasta el tocador y sacó un peine de plata adornado con delicados motivos rojos. Con cuidado, lo pasó por el largo y ondulado cabello de Madisyn.
«Cuando me casé con tu padre, tu abuela también hizo esto por mí». Esa noche, Elaine y Madisyn hablaron durante horas, en una conversación suave y llena de amor. Cada palabra de Elaine transmitía calidez, bendiciones y el profundo afecto de una madre que envía a su hija a una nueva etapa de su vida.
Por la mañana, llegaron el equipo de estilistas y los organizadores de la boda, lo que indicaba que era hora de que Madisyn se preparara para su gran momento. Elaine se quedó de pie en silencio en la puerta, observando a su hija con una mirada llena de emoción indescriptible.
Cuando Madisyn estuvo lista, se encontró con la mirada de su madre. Levantó el dobladillo de su vestido y corrió hacia ella, envolviéndola en un fuerte abrazo.
«Mamá, te quiero».
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