El regreso de la heredera adorada - Capítulo 1317
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Capítulo 1317:
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En el hospital militar, Madisyn y Andrew llegaron sin aliento tras su apresurado viaje.
En cuanto entraron en la habitación de Denby, encontraron a Elton de pie junto a la cama, con una postura aparentemente despreocupada.
—¿Teniente general Ávila? ¿También está aquí? —El saludo de Madisyn denotaba sorpresa.
Elton asintió y procedió a explicar la situación de Denby, con palabras que fluían con precisión entrenada.
—Hoy me tomé el día libre para visitar a un amigo en el hospital. Al pasar por Zenis Road, descubrí a varias personas que actuaban de forma sospechosa alrededor del comandante Thatcher. Aunque logré detenerlos, lamento no haber sido lo suficientemente rápido para evitar que le hicieran daño al comandante Thatcher. —Una sombra de culpa oscureció sus rasgos mientras hablaba, con la voz cargada de evidente remordimiento.
«Si no me hubiera tomado el día libre, si hubiera estado a su lado como de costumbre, nada de esto habría sucedido».
La aguda mirada de Madisyn siguió los rasgos de Elton mientras daba su versión de los hechos.
Algo en su explicación le molestaba, no era que fuera incorrecta, pero quizá era demasiado perfecta.
Madisyn miró con preocupación a Denby, preguntándose si sus temores estaban ganando la partida.
Un pesado silencio se cernía en el aire. Andrew no había pronunciado una palabra desde que entró en la sala. Siguió a Madisyn hasta la cama de Denby, sus pasos resonando suavemente contra el suelo estéril.
La puerta se abrió con un chirrido cuando entró un médico, que miró a Madisyn y a Andrew con experiencia.
—¿Son familiares del comandante Thatcher?
Madisyn asintió, con la voz tensa por la preocupación.
—Sí. ¿Cómo está Denby? La expresión sombría del médico lo decía todo antes incluso de abrir la boca.
—A primera vista, el estado físico del comandante Thatcher parece estable —comenzó con cautela—, pero nuestro examen ha revelado algo preocupante. Le han extraído una bala del cerebro y la herida ha estado ejerciendo presión sobre los nervios y los vasos sanguíneos. —Hizo una pausa, eligiendo con cuidado las siguientes palabras—.
—La reciente agitación emocional ha provocado complicaciones importantes, lo que ha causado que la herida sangrara. El pronóstico es incierto. Haremos todo lo que esté en nuestra mano con el tratamiento, pero no puedo garantizar nada.
Madisyn apretó los labios. No había imaginado que el estado de Denby fuera tan complejo, tan grave.
La culpa se apoderó de los rostros del conductor y del jefe del equipo de guardias.
—¡No deberíamos haber dejado que el comandante Thatcher hablara solo con esas personas cuando detuvieron el coche! —Las palabras salieron de su boca cargadas de arrepentimiento.
Una nube sombría se cernió sobre la sala. En las sombras, Elton ocultó su amarga decepción por la supervivencia de Andrew y se adelantó con falsa preocupación.
—Seguro que hay esperanza para la recuperación del comandante Thatcher —sugirió con suavidad—.
«He oído hablar de una doctora Mia cuya experiencia médica es extraordinaria. Andrew, ¿quizás podríamos pedirle a la doctora Mia que examine a tu abuelo?».
Madisyn miró a Elton, estudiando su expresión. Los dedos de Andrew encontraron la mano de Madisyn y la estrecharon con suavidad, pero con firmeza.
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