El regreso de la heredera adorada - Capítulo 1302
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Capítulo 1302:
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Elton se acercó y descolgó con cuidado el machete. Sus dedos recorrieron la textura familiar y su expresión se volvió distante mientras los recuerdos inundaban su mente.
Era el hijo de uno de los compañeros de armas de Denby. Después de perder a sus padres a una edad temprana, Denby lo había acogido y criado. Este machete había sido un regalo de Denby antes de que Elton entrara en la región militar.
Aún recordaba claramente aquel día. Después de perder a sus padres, Denby lo había acogido en su casa, reconociendo su incipiente interés por los asuntos militares. Denby lo había invitado entonces a entrenar con su hija.
Sin embargo, aunque las personas pueden compartir la misma pasión por ciertas cosas, el talento varía de una persona a otra: algunas tienen más dotes naturales que otras.
La hija de Denby, Alvina Thatcher, había demostrado un talento extraordinario, un don que la distinguía del resto.
Elton, un hombre, se veía completamente eclipsado por la joven que entrenaba en todos los aspectos imaginables.
Eso lo destrozaba.
Para sacarlo de su desesperación, Denby puso en manos de Elton el machete que había usado durante años y le dijo: «Algunas personas nacen para ser armas. Si no puedes ser el más afilado, sé el que lo empuña. Elton, tú serás el que empuñe el arma más afilada».
Esas palabras sacaron a Elton de su miseria y le dieron un nuevo sentido a su vida.
A partir de entonces, Denby cambió su entrenamiento y se centró en guiar a Elton en estrategia y táctica. Las palabras de Denby se convirtieron en un mantra que llevaba consigo.
Pronto, los rumores se extendieron por todo el complejo militar: Elton era una promesa, alguien que algún día ocuparía el puesto de Denby.
Se lo contó a Denby, y en lugar de restarle importancia, este solo le animó.
«Si es así, más te vale trabajar duro. Mi puesto no es fácil de conseguir».
En aquel entonces, Elton creía que algún día podría ocupar ese puesto. Con una palmada en el pecho, juró darlo todo.
Con el paso del tiempo, Elton se volcó en su trabajo y logró resultados excelentes.
Pero cuando Alvina entró en la región militar, la verdad se hizo innegable.
Nunca iba a ser él.
Solo una persona podía ocupar el lugar de Denby. Alvina, a quien Denby había formado desde la infancia.
Cuando ella eligió ser un arma, se convirtió en la más afilada.
Cuando eligió empuñar la espada, lo hizo con una habilidad sin igual. Elton había entrenado incansablemente según los planes de Denby, pero ningún esfuerzo podía igualar la excelencia natural de Alvina.
Después de todos esos años de esfuerzo, Elton no podía evitar preguntarse: ¿qué valor tenía su duro trabajo si significaba que nunca podría alcanzar su sueño?
El mayor error de su vida fue sabotear la misión de Alvina, lo que provocó su prematura muerte. Sin embargo, por extraño que pareciera, no se arrepentía.
Alvina era extraordinaria, sí, pero ¿y qué? Tras perder la oportunidad de convertirse en el arma o de empuñarla, no suponía una amenaza real. Con ella fuera de juego, Elton creía que su objetivo estaba al alcance de la mano.
Pero entonces apareció otra figura en la región militar, alguien que tenía la inconfundible sombra de Alvina.
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