El regreso de la heredera adorada - Capítulo 1288
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Capítulo 1288:
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«Algún día tú también tendrás lo mismo».
Madisyn sonrió y le dio una palmadita en la mano a Evie. En ese momento, una voz se unió a la conversación.
«Waylon solía estar aquí en todas las celebraciones de cumpleaños. Es una pena que este año esté en el extranjero y no haya podido venir».
En cuanto se mencionó el nombre de Waylon, la conversación cambió. Varias personas comenzaron a recordar celebraciones pasadas, recordando momentos en los que él había estado presente. La sala seguía animada, pero la sonrisa de Evie se desvaneció ligeramente.
Y, como si fuera una señal, el teléfono de Andrew, que estaba sobre la mesa, se iluminó con una llamada entrante. Todos los ojos se dirigieron instintivamente hacia la pantalla.
—Es una videollamada de Waylon —comentó Madisyn.
Andrew cogió el teléfono y deslizó el dedo para aceptar la llamada. La cara de Waylon apareció en la pantalla.
«Andrew, feliz cumpleaños. Siento no haber podido venir esta vez. ¿Qué tal la celebración? Déjame ver».
Andrew giró la cámara hacia la habitación, dejando que Waylon saludara a los demás uno por uno. Entonces, cuando la lente se detuvo en Evie, Waylon se quedó paralizado.
La mirada de Waylon se cruzó con la de Evie a través de la pantalla, y sus agudos ojos captaron el leve rastro de tristeza en su rostro. Casi instintivamente, apartó la mirada.
Tras una breve pausa, finalmente habló.
—¡Hola, Evie! Bueno, que os divirtáis todos.
Con eso, cambió rápidamente de tema.
—Andrew, ya te he enviado el regalo. Debería llegar en unos días, así que no te olvides de mirarlo.
Mientras hablaba, se oyó la voz de una mujer detrás de él.
—Cariño, ¿ya estás listo?
La mujer nunca apareció en la pantalla, pero la calidez de su tono bastó para que a Evie se le encogiera el pecho.
Waylon giró la cabeza y le dijo algo a la mujer antes de volver a mirar la pantalla.
—Andrew, Madisyn, pasadlo bien. Tengo algo que hacer, así que voy a colgar. Quedamos luego.
Madisyn respondió: —Vale, hasta luego, Waylon.
Con eso, la llamada terminó y la sala recuperó su animación anterior. Las conversaciones fluían libremente, las risas resonaban en el aire e incluso alguien sacó a relucir los últimos rumores sobre Waylon. Pero en medio de toda esa charla alegre, Evie se sentó allí, con una expresión que delataba el dolor que sentía en su corazón.
Madisyn notó el cambio en el comportamiento de Evie y se acercó a ella.
«Evie, ¿qué pasa?».
Al encontrarse con la mirada preocupada de Madisyn, Evie se sintió incapaz de expresar sus sentimientos con palabras. En su lugar, esbozó una pequeña sonrisa.
—Solo estoy un poco cansada. No es nada, Madisyn. No te preocupes por mí. Me quedaré aquí sentada un rato.
Madisyn frunció el ceño.
«No seas tonta. ¿Cómo no voy a preocuparme por ti?». Echó un vistazo a la animada sala antes de apartar a Andrew para contarle en voz baja el estado de Evie. Andrew también centró su atención en ella.
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