El regreso de la heredera adorada - Capítulo 1278
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Capítulo 1278:
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Pulsó el hashtag, esperando noticias sobre su último éxito en la pasarela. En cambio, su pantalla se llenó con la revelación de un bloguero anónimo, que trazaba meticulosamente el origen de la nueva reputación de «playboy» de Waylon.
Frunció el ceño mientras absorbía el contenido del artículo, con el dedo suspendido sobre el enlace incrustado que prometía revelar la publicación original que había desatado esta oleada de especulaciones sobre las supuestas aventuras amorosas de Waylon.
El corazón de Madisyn se hundió mientras miraba la publicación. La persona que aparecía en esas fotos parecía un extraño, muy diferente al hermano que ella recordaba.
Con dedos temblorosos, cerró la aplicación e intentó llamarlo, pero sus intentos fueron en vano.
Mientras tanto, cuando Waylon terminaba su último compromiso, su asistente se acercó con su teléfono en la mano.
—¿Has cerrado la agenda para los próximos eventos? —preguntó Waylon mientras encendía el dispositivo.
—Y no olvides transmitir mis requisitos específicos al organizador.
Su asistente asintió con la cabeza y tomó notas con eficiencia.
—Tranquilo, Waylon, lo he gestionado todo según tus especificaciones.
El asistente, elegido personalmente por el agente de Waylon, lo había acompañado a Mila desde el principio.
Como testigo del meteórico ascenso de Waylon, había visto a su jefe pasar de ser un desconocido a un nombre familiar. Día tras día, Waylon se lanzaba a un sinfín de actividades, enfrentándose incluso a los patrocinadores más desdeñosos con una determinación inquebrantable, como si el descanso fuera un concepto ajeno para él.
—No tienes por qué exigirte tanto —se atrevió a decir el asistente, con preocupación en el rostro—.
«Ya has acumulado una experiencia considerable. Solo con ver tu agenda me pongo nervioso por ti».
Una sonrisa irónica se dibujó en los labios de Waylon.
«Ahórrate el esfuerzo», dijo.
«Sé perfectamente lo que hago. Si quieres ayudarme a relajarme, limítate a mantener mi agenda en orden. Estar ocupado me hace sentir bien».
El asistente solo pudo suspirar con resignación.
—Muy bien, haré lo que tú digas. Pero hay algo que debo comentarte, un descuido por mi parte que ha causado algunos problemas.
—¿Qué? —Waylon arqueó una ceja, intrigado.
El asistente sacó su teléfono y le mostró los temas más comentados sobre Waylon en su país.
—Hemos estado tan centrados en asuntos internacionales que se me ha pasado por alto. Tu agente me lo acaba de señalar.
Waylon frunció el ceño mientras cogía el teléfono y echaba un vistazo a los titulares que lo pintaban como un playboy envuelto en múltiples relaciones con mujeres, todo por unas fotos inocentes.
El asistente puso cara de consternación al ver la expresión preocupada de Waylon.
—Waylon, ¡asumo toda la responsabilidad por este error! Aunque puedo encargarme de controlar los daños de inmediato, los rumores ya se han extendido. Incluso con un comunicado público, tu reputación podría quedar mancillada.
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