El regreso de la heredera adorada - Capítulo 1243
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Capítulo 1243:
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La voz al otro lado de la línea temblaba, su dueño lanzaba miradas nerviosas a la imponente presencia de Jared a su lado.
«Todo va según lo planeado, señorita Perkins. ¿Le gustaría revisar las imágenes?».
Lilian no había escatimado en gastos en su plan contra Madisyn. El hombre que había elegido para Madisyn era alguien que una vez le había llamado la atención. Verlo ahora con Madisyn podría despertar sentimientos incómodos.
«Eso no será necesario. Simplemente ocúpese de ello como considere oportuno».
«Entendido, señorita Perkins».
Tras finalizar la llamada, el hombre se volvió hacia Jared, con el teléfono apretado entre sus manos temblorosas.
—Sr. Cooper, he seguido sus instrucciones al pie de la letra. ¿Está conforme?
—Excelente trabajo. Mantenga este nivel.
Jared se guardó el teléfono y salió de la comisaría.
Lilian estaba de pie en su villa, saboreando el momento mientras elegía una botella de vino tinto. Todo estaba encajando ahora que había eliminado a Madisyn de la ecuación. Seguro que Jared estaría vulnerable, tal vez incluso receptivo a sus avances en su estado actual.
Dio un sorbo medido de vino, entrecerrando los ojos con calculadora mientras llamaba a su asistente.
«Programa una reunión con el Sr. Cooper para mañana por la noche».
«Sí, Srta. Perkins».
La noche siguiente en el Starry Night Bar, Jared entró en una sala privada, frunciendo el ceño al ver a Lilian. Su voz tenía un deje de irritación.
—Señorita Perkins, ¿qué justifica esta reunión?
Lilian señaló la silla frente a ella, inclinándose hacia delante con una gracia experta.
—Señor Cooper, su memoria selectiva es bastante notable. ¿Ha olvidado nuestra conversación de hace apenas unos días? Expresé mi interés en entablar una relación con usted. ¿Lo ha considerado?
Una sombra cruzó los rasgos de Jared mientras agarraba la copa de vino que tenía delante y la vaciaba de un solo trago.
Los ojos de Lilian brillaron con interés ante su respuesta.
—¿Le preocupa algo, Sr. Cooper? ¿Quizá pueda ayudarle? —Su voz rezumaba simpatía fingida, cada palabra cuidadosamente medida.
Jared, cansado de la farsa, dejó de fingir.
—Señorita Perkins, he tomado una decisión. Estoy dispuesto a considerar tanto la cooperación como el matrimonio, pero todo depende de que nuestra asociación sea un éxito. Para que quede claro: asegúreme primero Fisherman’s Cove y luego podremos hablar de asuntos personales.
Jared guardó silencio, observando pacientemente la reacción de Lilian.
Aunque la decisión dependía de ella, albergaba la certeza inquebrantable de que no se negaría.
Su aceptación de sus condiciones no había llegado sin preparación: había llevado a cabo una investigación exhaustiva sobre su carácter. Aunque no podía afirmar que comprendía todas las facetas de su personalidad, estaba seguro de haber captado la esencia de quién era realmente.
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