El regreso de la esposa no deseada - Capítulo 1376
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1376:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Kenji se echó a reír. Aunque notaba que ella se estaba calmando, aún no estaba dispuesta a perdonarlo. —Hagamos una apuesta. Si gano, me perdonas.
Scarlette ladeó la cabeza con aire desafiante. —Puede que no sea muy buena en los estudios, pero nunca he perdido al piedra, papel o tijera.
—No me divierten esos juegos infantiles.
Su enfado volvió a alcanzar su punto álgido. Sin embargo, aún le quedaba un as en la manga. —Mi padre me enseñó un truco de magia. ¿Te atreves a intentarlo?
Kenji se burló: —¿Qué tipo de magia?
—Puedo ver a través de las cosas.
«¿En serio?», Kenji fingió estar impresionado. «¿Has aprendido algo tan increíble?».
«No estoy mintiendo. Escribe un número y te demostraré mi habilidad».
Haciéndole caso, Kenji cogió un bolígrafo y una tarjeta.
Scarlette le dio instrucciones con los ojos cerrados: «Para que sea justo, tú también debes cerrar los ojos cuando use mi magia».
Una sonrisa burlona se dibujó en el rostro de Kenji, consciente de su verdadera intención. No era magia, solo un ingenioso truco.
Kenji escribió un número, colocó la tarjeta y cerró los ojos, diciendo: «Todo listo».
Scarlette, al ver que él había cumplido, se rió de su ingenuidad. Volvió la tarjeta para ver el número y su diversión desapareció al instante.
Tras una breve pausa, Kenji dijo: «Se acabó el tiempo. Ahora puedo mirar».
Scarlette, visiblemente molesta, devolvió rápidamente la tarjeta a su sitio.
Kenji apenas pudo ocultar su diversión. «Bueno, señorita maga, ¿qué has escrito en la tarjeta?».
La irritación de Scarlette era evidente. «Se suponía que tenías que escribir un número. ¿Por qué hay tanto escrito aquí?».
Kenji respondió: «No especificaste un solo número».
«¡Pero tú has escrito tu número de identificación completo! ¿Cómo se supone que alguien va a memorizar eso?».
Kenji sonrió. «Una apuesta es una apuesta, querida». Se rió ligeramente mientras le desabrochaba el cinturón de seguridad y le daba un rápido beso. «Disfruta de la cena más tarde. No te quejes de estar demasiado llena esta noche. No voy a aceptar protestas».
Cuando Scarlette salió del coche, se encontró con sus amigos. Sus gritos de bienvenida llamaron la atención de Kenji, que se fijó en un hombre de pelo blanco entre el grupo.
Kenji clavó la mirada en el individuo de pelo blanco, cada vez más intenso. Al fijarse mejor, el humor de Kenji decayó. Era Zayden. Zayden había cambiado de aspecto. Tenía la tez más clara y su pelo blanco le daba un aire distintivo de celebridad.
Zayden se acercó rápidamente a Scarlette, quitándose la chaqueta de forma juguetona y colocándosela sobre los hombros.
Kenji, incapaz de contener su irritación, tocó el claxon con fuerza, haciendo que todos se giraran.
La mirada severa de Kenji pasó del grupo a Scarlette mientras salía del coche.
El tono del grupo cambió ligeramente al reconocerlo. Alguien susurró: «Scarlette, ¿te ha traído él?».
Orgullosa, Scarlette respondió: «Sí, es mi chófer».
Kenji lo oyó, pero no pareció inmutarse. Consideró brevemente hacer una demostración de afecto para afirmar su presencia, pero decidió no hacerlo, reconociendo la mezquindad del gesto.
Kenji le lanzó las llaves al aparcacoches y se dirigió directamente al tercer piso del restaurante.
Una vez que Kenji estuvo fuera de su vista, Zayden preguntó con cautela: «Scarlette, ¿estás con Kenji?».
.
.
.