El regreso de la esposa no deseada - Capítulo 1356
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1356:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«En realidad, no. Solo quería encontrar la oportunidad de besarles».
Scarlette se burló, y su desafío volvió.
—No estarían interesadas en ti.
Él sonrió con aire socarrón.
—No me van las adolescentes.
Su boca se crispó.
—Tengo la misma edad que ellas. Entonces, ¿por qué yo?
Kenji vaciló. A decir verdad, no soportaba a las chicas ingenuas, especialmente a las como Scarlette: ruidosas, impulsivas y frustrantemente impredecibles. Pero las obligaciones familiares tenían una forma de forzar tolerancias que de otro modo no tendría. Finalmente, respondió encogiéndose de hombros: «Después de casarnos, puedes hacer lo que quieras. Persigue a chicos guapos por lo que a mí respecta, pero no dejes que nuestros padres se enteren».
Scarlette cruzó los brazos y repitió con firmeza: «No me casaré contigo».
Kenji no se molestó en discutir.
La práctica de piano que siguió fue un desastre. Scarlette no podía quedarse quieta, constantemente encontraba razones para parar o quejarse. Tocaba unas pocas notas y luego declaraba dramáticamente que estaba cansada, como si estuviera probando hasta dónde podía presionar a Kenji.
Kenji se mantuvo paciente, complaciendo todos sus caprichos. Ya la había abofeteado una vez esa noche, y no tenía intención de repetir la acción… todavía.
Cuando finalmente quedó satisfecha, Scarlette rompió el silencio.
«Kenji…»
Antes de que pudiera terminar, Kenji la puso en su regazo, rodeando su cintura con un brazo por detrás.
La repentina intimidad hizo que Scarlette se retorciera, pero se quedó inmóvil después de un momento, sintiendo su erección.
«¿Ya?», preguntó, sorprendida y extrañamente intrigada.
«Espera, ¿hay algún tipo de botón que haga que, ya sabes, pase?».
«¿Te quedaste dormida en la clase de biología?», le lanzó una mirada Kenji.
«Es como reaccionas cuando te beso».
Scarlette puso los ojos en blanco.
«¿Quién reacciona ante ti? No te hagas ilusiones».
Se inclinó hacia ella, con un tono bajo y casi peligroso.
—Deja de hablar o te penetraré mientras te exijo que sigas practicando.
Scarlette se sonrojó y murmuró: «Eres insufrible», pero no se movió, dejando que él guiara sus manos de nuevo hacia las teclas del piano.
Durante un rato, se quedó callada, pero la curiosidad pudo más que ella.
—Entonces, ¿cuál es tu plan para esta noche?
Esta vez, Kenji no estaba bromeando.
«Hay un proyecto experimental estancado en una fase de embotellamiento, justo en Wanington. Voy a ver qué está pasando».
A Scarlette no le interesaban especialmente este tipo de cosas. Todo le sonaba a chino. Pero la seriedad de su expresión le dijo que no se trataba de un asunto trivial.
.
.
.