El precio de la mentira: una promesa rota - Capítulo 98
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Capítulo 98:
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«Buenas tardes, señora».
«¿Qué pasa?», preguntó Alice, mirándola mientras sus pensamientos se veían interrumpidos.
«Tiene una visita, señora».
«Pero no espero a nadie», respondió Alice. «¿Es un hombre o una mujer?».
«Un hombre».
«¿Dónde está?».
«Afuera».
«¿Lo has dejado fuera?».
«Sí, señora. Pensé que no le gustaría que lo dejara entrar sin su permiso».
Alice puso los ojos en blanco. «Claro, está bien», respondió con indiferencia. «Dile que voy».
«Sí, señora», la sirvienta volvió a inclinarse antes de marcharse.
«¿Quién será esta vez?». Alice gimió mientras se dirigía a su armario para elegir una blusa verde, que se puso sobre la camiseta sin mangas que llevaba puesta. Salió de su habitación y de la casa para ver quién era el invitado.
Cuando salió, se encontró con un Lexus blanco. En cuanto el propietario la vio, salió del coche con un ramo de flores.
«¡Uf!», gimió Alice al ver quién era y puso los ojos en blanco. «¿Qué quiere?», susurró con disgusto.
«Hola, angelito», Víctor se acercó a ella con una gran sonrisa. «¿Cómo estás?».
«Bien», asintió con la cabeza.
«¿Y todos en casa?».
«¿Quiénes?».
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«Tu familia».
«No están en casa, pero están bien».
«Me alegro de oírlo», respondió él con una sonrisa y le tendió el ramo. «Esto es para ti».
«¿Para qué?», preguntó ella con frialdad.
«Simplemente me apeteció…».
«Victor», le interrumpió ella. Se sentía disgustada, incluso con su presencia.
«No necesito flores».
«Sí, sí, lo sé», no la dejó terminar y rápidamente puso las flores detrás de él. «Es un gesto para pedirte… una cita».
«¿Una cita?».
«Sí».
«¿Contigo?». Lo miró con incredulidad. «¿Sí?».
Ella se rió. «¡Despierta! No voy a salir contigo».
«¿Por qué?».
«¡Espera! ¿Cómo se te ocurre siquiera? ¿Qué…?»
«¿Cómo no se me va a ocurrir?», la interrumpió él. «Me gustas, me gustas mucho, y tú lo sabías. ¿Estás jugando conmigo?»
«¿Qué quieres decir?», ella fingió no tener ni idea.
«¿Esa noche, esa noche fue una broma para ti? ¡Ah! Ya veo».
«¿Ya ves qué?».
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