El precio de la mentira: una promesa rota - Capítulo 39
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 39:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«¡Lo siento, Alice!», le gritó, pero ella ya se había ido. «Pensé que ella había consentido eso… ¡Uf! ¡Victor!», murmuró para sí mismo, pasándose la mano por el cabello. «No debiste haberlo hecho», se regañó a sí mismo.
Más tarde, Victor decidió irse y encontrar una manera de pedir perdón a Alice y recuperar su confianza.
Unos minutos más tarde, Víctor llegó al bar y se unió a su amigo para tomar una copa. Pidió su bebida mientras se sentaba.
«¿Eh? ¿No ibas a tener una cita?», preguntó Klaus, sorprendido de verlo. Había invitado a Víctor a tomar unas copas, pero Víctor había rechazado la invitación diciendo que tenía una cita con Alice.
«Se canceló», respondió Víctor.
«¿Cancelada? ¿Por qué?», preguntó Klaus, intrigado.
Víctor le explicó lo que había pasado y la reacción de Klaus le hizo fruncir el ceño. Este se echó a reír.
—¿Te estás riendo? —preguntó Víctor, frunciendo aún más el ceño.
—No puedo evitarlo, Víctor —dijo Klaus, tratando de contener la risa.
—Vale, entonces ¿estás diciendo que ella dijo que te aprovechaste de ella?
—No debería haberlo hecho —murmuró Víctor, claramente arrepentido.
—¡Uf! ¿Cómo puedes ser tan ingenuo con esta mujer? ¿No está claro que está jugando contigo? —dijo Klaus, sin dejar de reír.
—¿Jugando conmigo? Alice no haría eso.
—Oh, ¿ahora confías en ella? ¿Después de solo una noche? ¿No es esta la misma mujer que te llevó a divorciarte de tu esposa? —Klaus levantó las cejas, con evidente diversión.
—Fue mi decisión —respondió Víctor a la defensiva.
Historias que enganchan en ɴσνєʟα𝓼4ƒαɴ.ç𝓸𝓶
—Por supuesto que lo fue. Pero despierta, hombre. Esta mujer está jugando contigo. ¿Cómo te aprovechaste de ella cuando ella consintió? —continuó Klaus.
—Entonces estaba triste —respondió Víctor, con voz más baja.
—Su novio rompió con ella y ella acudió a ti, un hombre al que nunca había prestado atención. ¡Y bum! Os acostasteis. ¡Y bum! ¡Te divorciaste de tu esposa! —Klaus estalló en otra carcajada, lo que hizo que Víctor frunciera aún más el ceño.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Víctor, frustrado.
—Para mí, ella te utilizó —dijo Klaus con voz seria.
«¿Me utilizó?», repitió Víctor, sin creer lo que estaba oyendo.
«Sí».
«Alice nunca haría eso».
«Oh, vamos. ¿Confiar en una mujer que te hizo divorciarte de tu esposa? ¡Es su hermana!», dijo Klaus, cada vez más incrédulo.
«No es su hermana», respondió Víctor con firmeza.
«Biológicamente», añadió Klaus con una sonrisa burlona.
—Y ella no me utilizó. En todo caso, fui yo quien se aprovechó de su situación.
—Sigue creyendo eso, pero para mí, ella te utilizó para evitar su matrimonio.
—¿Matrimonio? ¿Qué matrimonio?
.
.
.