El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 99
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Capítulo 99:
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Mientras Corrine se alejaba del local enviando un mensaje de texto a Karina, oyó unos pasos que se acercaban rápidamente.
«Srta. Holland, mi jefe desea hablar con usted.»
Levantó los ojos para ver al hombre de negro y luego echó un vistazo al Rolls-Royce negro cercano.
Cuando la puerta del coche se abrió, reconoció la figura familiar que había dentro. Nate estaba sentado, con todo el aspecto de un ejecutivo mientras revisaba un documento.
Al sentir su mirada, levantó los ojos para encontrarse con los suyos.
En ese instante, el corazón de Corrine dio un vuelco y perdió momentáneamente el aliento.
Corrine siguió al hombre de negro hasta el vehículo, donde Matías, situado en la parte delantera, le dijo cortésmente: «Señorita Holland, por aquí, por favor».
Corrine enarcó ligeramente una ceja y se agachó para entrar en el coche, fingiendo sorpresa.
«Oh, ¿cuáles son las probabilidades de verte aquí?» Su sonrisa apenas disimulaba la falta de sinceridad.
Nate captó el brillo fugaz de sus ojos y sus labios se curvaron en una sonrisa cómplice.
«Srta. Holland, lo sospechaba, ¿verdad?»
«El Grupo Brighton», respondió Corrine, sin que su tono revelara sorpresa alguna. A pesar de ello, sus instintos le susurraban que el hombre que estaba a su lado tenía un estatus superior al de director general del grupo.
Sus miradas se cruzaron y un rastro de calidez se reflejó en su expresión.
«¿Te gustaría acompañarme a comer?»
«Por supuesto», respondió Corrine, abandonando toda pretensión.
Cuando el coche de Nate arrancó, pasó rozando el vehículo de Bruce. Desde detrás de la ventanilla que ascendía gradualmente, Bruce vislumbró fugazmente el rostro de Corrine.
Corrine no se percató de su atenta mirada, su rostro se iluminó con una radiante sonrisa mientras hablaba con Nate.
Con expresión inexpresiva, Bruce observó cómo el Rolls-Royce desaparecía en la distancia. Se preguntó si Corrine había cambiado de empresa. ¿Qué otra explicación podía haber para que estuviera aquí?
Perdido en sus pensamientos, apenas oyó la voz de su ayudante.
«¿Sr. Ashton?»
No fue hasta la segunda llamada cuando Bruce volvió a la realidad. Recuperando la compostura, preguntó con firmeza: «¿Está confirmada la reunión con Kaiden Hudson, del Grupo Ford?».
«Está disponible a la hora prevista».
«Proceder a Gourmet Spot», Bruce instruyó.
El silencio llenó el coche una vez que Nate terminó de hablar, pero la imagen de la encantadora sonrisa de Corrine permaneció en su mente. Tras un momento de reflexión, dijo: «Averigua qué hace Corrine estos días».
Haciendo una breve pausa, su ayudante respondió: «Entendido».
Mientras tanto, en el coche de Nate, la sorpresa se mezclaba con la picardía en los rasgos de Corrine al mirarle.
«Los detalles del proyecto suelen ser confidenciales. Se está extralimitando un poco, ¿no cree, Sr. Hopkins?».
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