El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 987
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 987:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Antes, cuando habían entregado los ramos de flores en la oficina de Corrine, los empleados habían susurrado sobre quiénes serían los remitentes. Luego, hombres guapos y encantadores habían ido a visitarla uno tras otro. Sospechaban que esos hombres estaban compitiendo por la atención de su misteriosa directora general.
Algunos incluso habían hecho apuestas secretas sobre quién ganaría su corazón. Algunos apostaban por Zeke, otros por Hodge, pero nadie se atrevía a apostar por Nate. Para ellos, Nate, con su traje negro, parecía demasiado distante e inalcanzable, como una deidad por encima de los deseos terrenales.
Así que cuando vieron a Corrine y Nate salir juntos, cogidos de la mano, no pudieron evitar maravillarse de cómo su director general había conquistado el corazón de un hombre así.
En el aparcamiento subterráneo, Saul esperaba junto al coche. Cuando vio a Corrine y Nate, abrió la puerta y se subió al asiento del conductor.
Corrine y Nate entraron uno tras otro. Cuando Corrine se apartó el pelo de la oreja, Nate la atrajo de repente hacia él y la besó con pasión. Su beso era a la vez urgente y controlado.
Corrine curvó los dedos para intentar seguirle el ritmo, pero se sintió abrumada. Su beso la embistió como una tormenta, salvaje y apasionado, como si quisiera arrebatarle todo.
En la parte delantera, Saul levantó silenciosamente la mampara.
Había rumores de que Nate no estaba interesado en las mujeres, ¡pero estaba claro que no era cierto!
Solo cuando los labios de Corrine se entumecieron, Nate se apartó por fin.
Bajó la mirada hacia Corrine, que jadeaba en busca de aire. Sus ojos oscuros estaban llenos de intensidad y autoridad. Su pulgar rozó ligeramente los labios de ella, con la mirada llena de emoción.
En ese momento, sonó el teléfono de Corrine. Era Natasha. —Señorita Holland, hay otro ramo de rosas para usted.
Corrine dejó escapar un suspiro y respondió sin pensar: —Tíralos.
Después de colgar, se encontró con la mirada divertida de Nate.
—Señorita Holland, sí que sabe cómo cautivar a los hombres —bromeó él, aunque sus palabras estaban teñidas de celos.
Corrine se rió suavemente, con una sonrisa tranquilizadora. —Solo significa que tiene muy buen gusto, señor Hopkins —respondió.
Era de noche en la finca Celtis. Corrine entró en el armario para coger su ropa antes de dirigirse a la ducha.
En ese momento, el teléfono de la mesita de noche vibró una vez. Luego volvió a vibrar, seguido de un tercer zumbido en rápida sucesión. Se acercó a la mesita, cogió el teléfono y vio mensajes de un número desconocido.
Después de leerlos, Corrine entrecerró los ojos y una chispa fría brilló en ellos.
«Sé que me odias, pero tu cuerpo es de tus padres. No puedes romper los lazos sanguíneos. Puedes evitarme, pero ¿de verdad vas a quedarte de brazos cruzados mientras tiran las cosas de tu madre?».
«Eran sus cosas más preciadas. ¿No merecen ser conservadas como recuerdo?».
.
.
.