El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 969
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 969:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Sin esperar respuesta, se dio media vuelta y se alejó con paso firme, con la postura rígida por la frustración contenida.
Evelyn se quedó clavada en el sitio, con la mirada fija en la figura de Andrómaca que se alejaba. Un dolor sordo floreció en su pecho, apretándole con cada segundo que pasaba.
Frunció el ceño con preocupación y llevó la mano al pecho, curvando los dedos sobre el corazón, como si intentara calmar la tormenta que se gestaba bajo sus costillas.
Penny, que había permanecido en silencio a un lado, se percató inmediatamente del rostro pálido de Evelyn y del ligero temblor de sus hombros. Sin dudarlo, metió la mano en el bolsillo y sacó un pequeño frasco de pastillas.
Deslizó el brazo alrededor de la espalda de Evelyn para sostenerla, mientras le colocaba con cuidado una pastilla entre los labios. Cuando Evelyn tragó, la mano de Penny se movió en círculos lentos y suaves por su espalda. Su voz se suavizó hasta convertirse en un murmullo, un bálsamo calmante para la inquietud de Evelyn. —Siempre ha hablado primero y pensado después. Lo sabes. ¿Por qué dejas que te afecte así? Y si te preocupas demasiado, Nate será el que se quede preocupado».
Evelyn no dijo nada. Bajó los párpados, pesados por el cansancio, mientras intentaba calmar el torbellino de emociones que se agitaba en su interior.
El tiempo se alargó entre ellas, y el silencio solo se rompió por el débil sonido de la respiración de Evelyn. Después de lo que pareció una eternidad, su voz finalmente emergió, ronca y débil. «Pensé que entendería todo lo que he hecho por ella».
Penny mantuvo la mano firme, sin dejar de acariciarla para reconfortarla. —Algún día verá la verdad. Sabrá lo mucho que la quieres.
Evelyn se giró ligeramente, aunque su mirada seguía perdida en la lejanía. —No —dijo en voz baja—. Nunca lo entenderá.
Si Andrómaca lo entendiera de verdad, no estaría en guerra con Nate a cada paso que daba. No arrastraría a la familia Burgess a sus planes ni los utilizaría como armas contra Corrine.
Evelyn estaba sentada en su silla, con la mirada perdida en el suelo, la mente enredada en un ovillo de recuerdos y remordimientos. Justo cuando sus pensamientos empezaban a dar vueltas, el suave timbre de su teléfono rompió el silencio.
Bajó la mirada y su mano se movió casi mecánicamente para cogerlo. En la pantalla apareció un mensaje de Corrine.
«Las flores que has cortado son preciosas, Evelyn».
Una sonrisa se dibujó en los labios de Evelyn. Sin dudarlo un instante, pulsó la pantalla para hacer una llamada de voz.
—Corrine.
—Evelyn. —La voz de Corrine estaba pastosa por el sueño, con un ligero tono ronco que hizo que Evelyn frunciera el ceño con sutil preocupación.
Evelyn apretó un poco más el teléfono entre los dedos. —Anoche estabas asustada, ¿verdad?
Al oír esas palabras, Corrine lo comprendió todo.
Así que Evelyn ya se había enterado de lo que había pasado la noche anterior.
Teniendo en cuenta lo rápido que se habían difundido las noticias por Internet, no era de extrañar. De hecho, habría sido más sorprendente que Evelyn no se hubiera enterado.
.
.
.