El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 94
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Capítulo 94:
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Aunque se enorgullecía de su paciencia y su inquebrantable control, esas virtudes parecían deshacerse sin esfuerzo en su presencia. Había algo en ella -una atracción a la que no podía resistirse- que hacía que su posesividad se disparara con una fuerza que no había previsto.
Para Nate, las emociones como el afecto siempre habían sido un capricho innecesario, y las mujeres, meras compañeras fugaces. Pero Corrine había hecho añicos esas creencias. Le había quitado la lógica y le había obligado a enfrentarse a sentimientos que nunca había tenido la intención de experimentar.
Su esencia permaneció en su mente y la curiosidad lo consumió, impulsado a descubrir cada matiz de su ser. Era una perturbación que no había previsto, una presencia que desafiaba sus reglas cuidadosamente construidas.
Lo que comenzó como una intriga pasajera se había convertido en algo profundo, algo que ahora parecía escapar a su control. Tal vez ella fuera realmente su encuentro predestinado.
Nate desbloqueó su teléfono y navegó hasta el chat de Corrine en WhatsApp. Sus dedos se detuvieron brevemente antes de teclear.
«Buenas noches.»
En su habitación, Corrine acababa de empezar a calmar su acelerado pulso, sólo para que su corazón volviera a saltar cuando apareció el mensaje de Nate. Pasó el teléfono a vibración y lo dejó boca abajo sobre la mesa, evitándolo deliberadamente mientras se dirigía al baño.
El agua tibia la abrazó, lavando el cansancio del día con su tacto relajante. Su pelo flotaba perezosamente alrededor de sus hombros, extendiéndose como algas a la deriva sobre la superficie del agua.
Se apoyó en el borde de la bañera y sus dedos agitaron distraídamente el líquido carmesí de su copa de vino. La voz de Nate permanecía en su mente, las palabras resonando suave pero profundamente.
«Corrine, no me hagas esperar demasiado.»
Él había afirmado comprender sus temores, percibiendo las delicadas capas de su corazón guardado. Aunque sus encuentros habían sido breves, no podía negar el profundo efecto que su comportamiento inquebrantable y tierno había dejado en ella.
Pero, ¿podría realmente permitirle entrar en su vida? Sólo se conocían desde hacía unos días y ella sabía muy poco de él. ¿Realmente merecía la pena arriesgarse?
Bebió el último sorbo de vino y dejó que su calor la invadiera mientras apoyaba la cabeza en la superficie fría de la bañera y cerraba los ojos.
Cuando salió del baño, la débil vibración de su teléfono llamó su atención. Se acercó vacilante, justo a tiempo para ver el nombre de Nate parpadear en la pantalla al recibir otra llamada.
Corrine vaciló, con el pulgar en ristre, antes de deslizar el dedo para responder.
«¿Corrine?» La voz de Nate era profunda y rica, con una sutil calidez que hizo que su corazón se apretara y acelerara a la vez.
Inhaló lentamente, tranquilizándose antes de responder en un tono uniforme: «¿Necesitabas algo?».
«No respondiste a mi mensaje». Sus palabras eran tranquilas pero juguetonas, con un matiz desenfadado.
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