El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 910
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Capítulo 910:
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«Sr. Ashton, ¿sabía lo del embarazo de Leah?»
«¿Cómo puedes aceptar su pasado, con tantos hombres involucrados?»
«Se ha dicho que en la subasta benéfica de hace unos días te gastaste treinta millones de dólares en comprarle un anillo. ¿Te arrepientes ahora?»
«¿Te arrepientes de haber dejado a tu ex-novia, Corrine, por Leah?»
Las manos de Bruce se cerraron en puños, las venas resaltando en sus nudillos.
Se sentía atrapado, incapaz de expresar su dolor con palabras. Nunca esperó que la Leah que siempre había deseado fuera así. Le había mentido, había jugado con sus sentimientos y le había hecho quedar como un tonto.
Al ver que Bruce permanecía en silencio, Leah se puso aún más ansiosa, sus ojos le suplicaban. «Bruce, por favor, tienes que creerme…»
Bruce apretó los dientes, la mandíbula tensa y las sienes palpitantes mientras luchaba por mantener sus emociones bajo control. «Dime, ¿cómo se supone que debo creerte?»
Su historia de que las fotos estaban retocadas podría engañar a algunos, pero después de todo el tiempo que había pasado con Leah, la conocía demasiado bien para dejarse engañar.
Justo entonces, un hombre apareció en la puerta. «¿Está Leah Burgess aquí?»
Leah levantó la vista y al instante le reconoció como el ayudante que siempre estaba con Andrómaca.
Por un momento, se quedó inmóvil, y luego su rostro se iluminó con esperanza. «¿Está Andrómaca aquí?»
En cuanto Leah vio entrar a la ayudante de Andrómaca, sintió como si se aferrara a su salvavidas, desesperada por cualquier ayuda.
La asistente esbozó una cortés sonrisa y le dijo a Leah: «La señora Hopkins se ha enterado hoy de tu compromiso con el señor Ashton. Me ha pedido que os traiga un regalo. Por favor, acéptalo».
Leah asintió distraídamente, poniéndose rápidamente en pie para coger el regalo.
«¿Qué pasa?», preguntó.
«Debe de ser algo especial, teniendo en cuenta que es de la señora Hopkins, una mujer de tan alto rango», respondió.
«Enviar este regalo demuestra lo mucho que Andrómaca se preocupa por Lea», comentó alguien cerca.
Los suaves murmullos a su alrededor aliviaron poco a poco las preocupaciones de Leah. Incluso si esas fotos salían a la luz y la familia Ashton la desaprobaba, tendrían que tolerarlo debido a la influencia de Andrómaca.
Lo que más importaba a la familia Ashton era su conexión con Andrómaca. Mientras siguiera siendo la ahijada de Andrómaca, la familia Ashton no tenía más remedio que mostrarle respeto.
Con la multitud mirándola con envidia, Leah abrió cuidadosamente la caja. Dentro, encontró un impresionante collar de esmeraldas de cien quilates. Cada piedra era perfectamente redonda y lisa, brillando intensamente bajo la luz. La mezcla de diamantes y esmeraldas daba al collar un aspecto de pura elegancia y riqueza.
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