El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 883
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 883:
🍙🍙🍙🍙 🍙
Corrine puso los ojos en blanco. «¡Tengo que estar alerta!»
Mientras bromeaban, llamaron a la puerta del dormitorio.
La voz de Tanya llamó desde fuera. «Sr. Hopkins, Srta. Holland, Evelyn está aquí.»
Al oír eso, Corrine y Nate intercambiaron una rápida mirada.
Corrine apartó las mantas, dispuesta a levantarse, pero Nate la empujó suavemente hacia el suelo. «Quédate aquí. Yo iré a verla».
Evelyn era mayor, y no estaría bien que Corrine se escondiera en el dormitorio mientras ella estaba de visita. «Iremos juntas», insistió Corrine.
Tras una breve pausa, ambos salieron por fin de la habitación, cogidos de la mano.
Evelyn descansaba en el sofá de abajo, con las manos bien cruzadas sobre el regazo.
Cuando oyó que alguien se acercaba, miró hacia la escalera y vio a Corrine. Por un instante, Evelyn se sorprendió de lo encantadora que parecía Corrine. Una sombra fugaz pasó por sus ojos, pero desapareció tan rápido como había aparecido, dejando sólo su habitual expresión serena.
«Corrine, ven a sentarte conmigo», dijo Evelyn, palmeando el cojín que había a su lado.
Sin dudarlo, Corrine cruzó la habitación y se acomodó a su lado. «Evelyn.»
Evelyn cogió la mano de Corrine y la estrechó suavemente. «Me he dado cuenta de que han pasado unos días desde la última vez que te vi, y te he echado de menos, así que he decidido venir».
«Iba a pasarme hoy, pero te me has adelantado», dijo Corrine, con una sonrisa cálida y fácil.
«Eso sólo demuestra lo bien que nos entendemos», rió Evelyn, apretando la mano de Corrine. «¿Por qué no hacéis Nate y tú un viajecito al Continente Independiente dentro de unos días?».
A sugerencia de Evelyn, Nate, que había permanecido en silencio hasta entonces, levantó lentamente la cabeza. Sus ojos se clavaron en los de ella, firmes y llenos de preguntas silenciosas.
Evelyn miró brevemente a Nate antes de volver a Corrine. «¿No dijiste que nunca habías estado allí? Parece la excusa perfecta para desconectar y ver algo nuevo».
«I…» La voz de Corrine vaciló.
Evelyn intervino antes de que pudiera terminar. «Sin presiones. Piénsatelo. Cuando te sientas preparada, mientras yo siga aquí, nadie te lo impedirá».
Una suave sonrisa se dibujó en los labios de Corrine. «Gracias, Evelyn.»
La expresión de Evelyn se suavizó y alargó la mano para rozar con los dedos la mejilla de Corrine. «Niña tonta, no hace falta que me des las gracias. Nunca».
Corrine alzó los ojos hacia Evelyn y un tenue brillo captó la luz. Cuando Corrine conoció a Evelyn, supuso que toda aquella cordialidad no era más que una forma de empujar a Nate hacia el matrimonio. Pero con el paso de los días, Corrine empezó a ver las cosas de otro modo. El afecto de Evelyn parecía auténtico, no algo fingido. Pronto fue imposible ignorar el fuerte deseo de Evelyn de protegerla. Corrine se sintió profundamente conmovida y un poco insegura.
Corrine no podía evitar la sensación de que el afecto de Evelyn iba más allá de sus sentimientos por su nieto.
.
.
.