El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 773
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Capítulo 773:
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Todo eran bravuconadas en la superficie, pero en el fondo, tanto Tracy como Rita eran débiles y se derrumbaban en el momento en que se les presentaba la verdadera fuerza. Aun así, Leah ocultó su desprecio tras un velo de dulzura.
«Srta. Holland, Tracy siempre ha querido mucho a Rita. Sus palabras de hace un momento fueron bastante duras».
«¿Duro?» Corrine arqueó una ceja y su tono se volvió gélido. «¿Te parece duro? Puedo darte algo mucho peor».
Tracy vaciló, sin palabras.
Corrine les lanzó una última y mesurada mirada.
«¿Qué tal si hacemos una apuesta?»
Leah permaneció en silencio, limitándose a observar.
Tracy, por su parte, vaciló antes de forzar una burla. «¿Una apuesta? ¿Sobre qué?»
«Que la familia Ashton no durará otro año.»
Las palabras golpearon como un martillo.
El rostro de Tracy se retorció de furia. «¡Corrine Holland! ¿Crees que porque te has enganchado a un patrocinador rico puedes hacer lo que te dé la gana?».
Los labios de Corrine se curvaron en una sonrisa fría y cómplice. «Nunca he necesitado depender de nadie».
Sin volver a mirarla, Corrine se dio la vuelta y se alejó, con la postura firme y el paso inquebrantable.
Tracy se quedó clavada en el sitio, observando la figura de Corrine que se alejaba, con el pecho subiendo y bajando por la rabia apenas contenida. Incapaz de contenerse, soltó: «¿Se ha vuelto loca Corrine?».
Corrine se había atrevido a maldecir a la familia Ashton hasta la ruina, ¡en la cara de Tracy!
Es cierto que su negocio ya no estaba en su apogeo, pero incluso un barco haciendo aguas seguía siendo un barco: no se hundiría tan fácilmente.
¿Pensar que Corrine podría derribarlos tan fácilmente? ¡Una completa locura!
En la mente de Tracy, Corrine no era más que una mujer despechada, llevada a la locura después de que Bruce la desechara. Delirante, aferrada a fantasías.
Pero los pensamientos de Leah eran mucho más complejos.
Su mirada se desvió hacia la exclusiva sala VIP.
No cualquiera tuvo el privilegio de entrar en ese espacio.
Y cuando Corrine entró en el restaurante, no estaba sola. Había estado en compañía del poder, rodeada de figuras capaces de cambiar las tornas con una sola palabra.
Para que hablara con tanta certeza, para predecir la caída de la familia Ashton en un año, debía tener algo bajo la manga.
Los labios de Leah se curvaron en una leve sonrisa al recordar las palabras de despedida de Corrine. «Nunca he necesitado depender de nadie».
¿En serio? Si de verdad se valía por sí misma, ¿cómo había llegado tan lejos?
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