El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 765
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Capítulo 765:
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Justo cuando Corrine retiró la mano, Carson la agarró con firmeza. El calor y la suavidad de la palma de la mano de Corrine lo llenaron de certeza. No era un sueño. Ella era real. Después de tantos años, por fin la había vuelto a ver.
Ahora tenía un aspecto diferente: más equilibrada y refinada, como un tesoro raro e intocable.
«¿Te ha dolido?» preguntó Corrine, con un tono tranquilo y firme mientras miraba a Carson.
Carson asintió instintivamente antes de sacudir rápidamente la cabeza, dándose cuenta de su error. Parecía casi cómicamente nervioso.
La enfermera, al notar el sudor en su frente, se adelantó rápidamente, pensando que se encontraba mal.
Pero entonces lo vio. Las orejas de Carson estaban ardiendo en rojo, como si estuvieran a punto de incendiarse.
Lo comprendió al instante. No estaba sufriendo. Era tímido.
Durante el último año, Carson se había convertido en el más destacado del distrito militar, sobresaliendo tanto en los entrenamientos como en las situaciones de combate real. Sin embargo, por mucho que…
Por muy impresionante que fuera un hombre, aún podía encontrarse inusualmente tímido ante una belleza llamativa. Sin embargo, Carson sabía que su reacción no era fruto de la timidez. Era excitación pura y abrumadora.
Recordaba vívidamente el tiroteo que estalló mientras estudiaba en el extranjero hace unos años. El dolor punzante de una bala perdida que le atravesó el abdomen fue inolvidable. Igual de inolvidable fue la imagen de Corrine, moviéndose rápidamente entre el caos, a contraluz de la puesta de sol. Actuó con calma y decisión para sacarle del borde de la muerte.
Por aquel entonces, llevaba un uniforme de camuflaje y su pelo corto apenas le rozaba los pómulos. Su rostro juvenil irradiaba fuerza y determinación.
Una vez pasado el peligro, Carson había intentado desesperadamente localizarla, deseoso de agradecerle debidamente que le hubiera salvado la vida. Pero sus esfuerzos fueron en vano.
Volvió a visitar el lugar de su encuentro innumerables veces, con la esperanza de volver a verla. Sin embargo, ella era como una diosa que había descendido de los cielos justo cuando él más la necesitaba, y luego desapareció.
Incluso después de tantos años, nunca la había olvidado. Pero ni en sus mejores sueños esperaba volver a verla en un hospital.
«Tu clavícula necesita un clavo metálico para estabilizarse, pero todo lo demás parece estar bien», dijo Corrine mientras retiraba la mano. Pero Carson la agarró con fuerza por la muñeca.
Los ojos de Corrine se oscurecieron un poco y la irritación se reflejó en su rostro. «Suéltame», le ordenó, con tono cortante.
Al darse cuenta de su error, Carson la soltó rápidamente. «Lo siento, estaba abrumado», dijo. «Sin ánimo de ofender».
Corrine guardó silencio y se dio la vuelta para marcharse.
«¿De verdad no te acuerdas de mí?» gritó Carson con impaciencia mientras se alejaba.
Hizo una pausa y se volvió hacia él.
«Soy yo. Nos conocimos hace cinco años en Forestvale», continuó Carson. «Me salvaste la vida entonces».
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