El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 747
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Capítulo 747:
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A pesar de la dureza de sus palabras, Corrine se comportaba con elegancia, serenidad e intocabilidad. Había un aire de pureza en ella, una mirada austera.
En contraste con la calculada arrogancia de Leah, había un pensamiento tácito entre ellas: un destello de diversión, un rastro de lástima. Leah nunca había tenido ninguna oportunidad.
Corrine deslizó dos documentos por el escritorio. «Revísalos. Si todo está en orden, fírmalos».
Luna vaciló, sus dedos revoloteando sobre los papeles antes de finalmente expresar la pregunta que pesaba en su mente. «¿Sigues presentando cargos contra Leah?».
«No», respondió Corrine con sencillez.
Prolongar el juicio prácticamente garantizaría el encarcelamiento de Leah, pero eso no era lo que Corrine quería.
«¿Entonces por qué usarme contra ella?» preguntó Luna, buscando un sentido a los motivos de Corrine.
Corrine no reaccionó inmediatamente a las palabras de Luna. En lugar de eso, se reclinó en su silla con aire sereno, casi majestuoso, haciendo girar una pluma entre los dedos. Su voz era tranquila, pero tenía un peso inconfundible. «Señorita Potter, sólo somos socios, nada más».
El significado estaba claro. No debía a nadie una explicación de sus pensamientos o decisiones.
Su tono pausado e indiferente transmitía una tranquila autoridad que hizo que el aire se enfriara.
Las pupilas de Luna se contrajeron ligeramente. «Lo siento.»
Corrine permaneció imperturbable. «Te daré los contratos. No te estoy obligando. Piénsalo y ven a trabajar el próximo lunes si te has decidido».
«Entendido», respondieron Emily y Luna al unísono.
Sin más conversación, recogieron sus pertenencias y salieron del despacho.
En cuanto la puerta se cerró tras ellos, Natasha entró con un expediente bajo el brazo. «Señorita Holland, este documento necesita su firma.»
Corrine extendió la mano, con movimientos rápidos y precisos, para firmar con su nombre.
Levantó la vista y vio un destello de incertidumbre en el rostro de Natasha. Una sonrisa de complicidad se dibujó en sus labios. «¿Te preguntas por qué me quedé con esos dos?».
Natasha dudó un momento antes de asentir. «No entiendo por qué quieres ayudarles».
«Porque son competentes. Si todo va bien, te sustituirán». Corrine dejó el bolígrafo y deslizó el contrato firmado hacia ella.
Los ojos de Natasha se abrieron de par en par. «Entonces… ¿qué pasa conmigo?».
Su sorpresa divirtió a Corrine, que se echó un poco hacia atrás, observando su reacción. «Serás gerente de una filial».
«Pero yo…» Natasha vaciló, luchando por procesar el repentino ascenso.
Corrine se anticipó a sus dudas y la interrumpió antes de que pudiera protestar. «No te subestimes. Eres mucho más capaz de lo que crees».
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