El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 745
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Capítulo 745:
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Sonia se puso rígida, con la incertidumbre parpadeando en sus ojos.
Se volvió hacia Leah, con los labios apretados en una fina línea, e inspiró profundamente como si intentara tranquilizarse. «Leah, no tengas miedo. Tu padre y yo haremos todo lo que podamos».
Con un paso atrás de mala gana, dejó que los agentes se llevaran a Leah.
Antes de que el polvo pudiera asentarse, una voz chillona atravesó el aire tenso. «¡Señorita Burgess! ¡Me prometió cinco millones! ¡No puede faltar a su palabra!»
Roselyn se acercó a toda velocidad, con la desesperación y la codicia brillando en sus ojos.
Leah, ya ahogada en una tormenta de emociones, no se molestó en contenerse. Giró la pierna y dio una fuerte patada. «¡Piérdete!»
Roselyn chilló al tropezar y cayó al suelo con un giro poco agraciado. Los gritos de júbilo recorrieron la multitud, pero Leah apenas le dedicó una mirada.
Con una mueca de dolor, Roselyn se agarró el pecho y respiró con dificultad. Mientras luchaba por incorporarse, su mirada se posó en un par de elegantes zapatos de tacón.
Lentamente, sus ojos se dirigieron hacia arriba, y al reconocer la figura que tenía delante, su mortificación se fundió en arrogancia. «¿Qué haces ahí parada?», le espetó a Luna, levantando una mano expectante. «Ayúdame a levantarme».
Pero Luna no se movió. Ni siquiera parpadeó, como si no la hubiera oído. Un destello de irritación cruzó el rostro de Roselyn, rápidamente sustituido por una ira latente. «¡Muchacha desagradecida! ¿En serio intentas avergonzar a tu propia madre?».
Luna ladeó ligeramente la cabeza, con voz fría y distante. «¿Me estás hablando a mí?»
«¡Claro que sí! ¿Con quién si no iba a estar hablando?»
Los labios de Luna se curvaron en una leve sonrisa sin alegría. «Qué extraño. Tenía la impresión de que ya no teníamos nada que ver. Todo el mundo lo oyó. Dijiste que no me querías como hija».
Durante años, Roselyn se había acostumbrado al acatamiento de Luna, a su silencio, a su sumisión. Ahora, ante este desafío inflexible, se tambaleaba.
«¿Qué… qué tontería es ésta?». Ella forzó una risa temblorosa, empujando a sí misma en posición vertical. «La familia es la familia. No se pueden borrar los lazos de sangre».
Luna giró sobre sus talones. «Pues haz como si no existiera». Se alejó sin mirar atrás.
El pánico brilló en los ojos de Roselyn mientras corría tras ella. «¡Espera! ¡No puedes abandonarme! ¿Y tu hermano? Es de tu propia sangre. Es tu responsabilidad…»
Su voz resonó, pero Luna no aminoró el paso. La prensa, que se había quedado momentáneamente en silencio, volvió poco a poco a la realidad.
Nadie esperaba que una rueda de prensa se convirtiera en todo un espectáculo. Pero si pensaban que se iban con las manos vacías, estaban muy equivocados.
Las cámaras rodaron, los dedos volaron sobre los teclados y, en cuestión de minutos, los titulares estallaron en Internet.
Mientras tanto, la familia Burgess permanecía inmóvil, con los rostros cada vez más sombríos.
En pocas horas, Internet estalló con titulares sobre Burgess Group.
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