El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 677
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Capítulo 677:
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Con una palmada en el pecho de Hodge, Moses añadió: «Ya he dicho lo que tenía que decir. Cuídate».
Hodge se quedó helado, con el ceño fruncido mientras una sombra de preocupación cruzaba su rostro.
Mientras tanto, Jules condujo durante más de una hora antes de llegar a su destino.
Corrine salió del coche y se quitó las gafas de sol mientras contemplaba el paisaje.
Las colinas se extendían por el horizonte, cubiertas de una exuberante vegetación. El lugar era impresionante: virgen, prístino. La ubicación perfecta para un club de campo.
Requería una inversión mínima y aprovechaba al máximo el paisaje natural.
No muy lejos, Paul Brown -cuarto hijo de la prominente familia Brown- estaba ocupado entreteniendo a la élite de Lyhaton.
A primera hora de la mañana había invitado a varios jóvenes adinerados para asegurarse de que el acto fuera animado. Sin embargo, a pesar de todas las caras importantes que asistieron, un nombre había estado notablemente ausente: Jules Ford.
Ahora, cuando el inconfundible ronroneo de un Hennessey Venom F5 Roadster entró en escena, a Paul se le iluminaron los ojos.
Olvidándose por completo de la conversación que había mantenido, se apresuró a entregar su copa de vino a alguien cercano y se acercó corriendo.
«¡Sr. Ford!»
Jules apenas le saludó y le dedicó un gesto seco con la cabeza. Con una mano metida en el bolsillo, miró a su alrededor.
«No es una mala vista.»
Paul se enderezó, ansioso por participar.
«Por eso compré el terreno. Al principio me planteé urbanizarlo, pero luego pensé que un club de campo sería más rentable y ahorraría más tiempo».
A pesar de su tono despreocupado, sus ojos seguían desviándose hacia Corrine mientras intentaba evaluar su conexión con Jules.
Después de todo, la familia Ford siempre había mantenido a Corrine alejada del ojo público. La gente sabía que Carl tenía una nieta, pero nadie conocía su nombre y mucho menos su aspecto.
Los rumores se habían extendido después del evento de anoche. Miguel había hablado de alguien que no debía y Jules lo había oído. Las consecuencias habían sido rápidas: Miguel había recibido una lección tan brutal que había acabado bebiendo hasta tener una hemorragia estomacal y lo habían llevado a urgencias.
Incluso ahora, Miguel seguía recuperándose en el hospital.
Paul estudió a Corrine, con la sospecha deslizándose en sus pensamientos. Se decía que Jules había llegado tan lejos por una mujer.
¿Podría ser que la mujer en cuestión estuviera delante de él?
Paul apretó los labios, conteniendo a duras penas su curiosidad. Tras una breve vacilación, finalmente preguntó: «Entonces, ¿quién es?».
Jules respondió rotundamente: «Mi primo».
Lo que debería haber sido una introducción sencilla se transformó rápidamente en otra cosa en la mente de Paul.
Jules notó cómo Paul alzaba las cejas y sonreía.
Con un tono burlón, Paul dijo: «Ah, ya veo, ya veo».
La insinuación era clara. Paul creía que Jules ocultaba la verdad, escondiendo la realidad con una mentira conveniente. En su mente, Corrine debía ser la novia de Jules.
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