El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 52
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Capítulo 52:
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Cuando el jefe de departamento estaba a punto de pedir clemencia, vio a Matías de pie junto a Nate, que parecía la respuesta a sus plegarias.
Matías se subió las gafas y se inclinó hacia él, murmurando: «Señor…».
En ese momento, Nate levantó su mirada penetrante, la fría intensidad de sus ojos provocó escalofríos en todos los presentes.
«El señor Jackie Todd ha terminado su presentación y ahora espera sus instrucciones», dijo Matías.
Sacado de sus pensamientos, Nate hojeó los papeles que tenía delante y dijo con voz firme y firme: «Estas cifras del presupuesto no tienen sentido. Ve a finanzas y pide un desglose detallado».
«Sí», respondió el jefe de departamento, como si le hubieran concedido una tarjeta de salida de la cárcel, reconociendo rápidamente.
El silencio volvió a envolver la habitación, Matías observaba a Nate con atención. Había una mirada distante en los ojos de Nate, su mirada vagaba sin foco.
Captando un repentino arrebato de perspicacia, Matías se acercó y susurró al oído de Nate: «Señor, puede que se esté terminando de tramitar la dimisión de la señorita Holland. ¿Debo confirmar su estado?»
Los ojos de Nate se encontraron con los de Matías con una fugaz mirada de fría intensidad.
Comprendiendo la instrucción tácita, Matías respondió: «Me pongo a ello inmediatamente».
Diez minutos más tarde, Matías regresó a la sala de conferencias con el rostro serio. Notó que una fría tensión había llenado el ambiente. Estaba claro que alguien había cometido el error de enfadar a Nate.
Recuperando la compostura, Matías se acercó rápidamente a Nate y le entregó una tableta.
«Señor, por favor, eche un vistazo a esto.»
Nate aceptó la tableta, que mostraba imágenes de Corrine entrando en las instalaciones del Grupo Ashton.
Al observar su equilibrada y grácil figura, la expresión de Nate se tornó marcadamente preocupada.
«¿Cómo fue su dimisión?»
«Sin ningún problema», respondió Matías, dando todos los detalles sobre la dimisión de Corrine, aunque su voz vaciló ligeramente hacia el final.
La expresión de Nate se endureció y sus ojos atravesaron a Matías como un cuchillo.
Matías se aclaró la garganta, procediendo con cautela.
«Perdimos de vista a la Srta. Holland. Después de que dejara las oficinas del Grupo Ashton, parece que todos los sistemas de vigilancia cercanos dejaron de funcionar.»
Era evidente que alguien ocultaba intencionadamente los movimientos de Corrine. Al instante, la habitación se sintió más fría, como si el frío del invierno se hubiera instalado en ella.
La mirada de Nate era severa y penetrante, y su boca formaba una fina línea de la que emanaba un aura peligrosa.
Matías, que estaba cerca, sintió la fuerza arrolladora de la ira de Nate y su frente se cubrió de sudor. Nate estaba visiblemente furioso.
Tras una breve pausa, Matías dijo: «Señor, he desplegado agentes para que lo investiguen. Esperamos tener novedades en breve».
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