El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 459
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Capítulo 459:
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Calan comprendió al instante. Se aclaró la garganta.
«Cariño, ¿deberíamos… bajar un poco nuestros estándares?»
Desde que Meg le había informado de que Corrine era la heredera de la poderosa familia Ford de Lyhaton, se había arrepentido de su anterior indiferencia hacia ella. Después de todo, ¿cómo podía esperar que la heredera de la dinastía más rica de Lyhaton buscara su aprobación?
Sin embargo, lo que más le desconcertó fue la decisión de Bruce. ¿Se había vuelto loco? ¿Cómo podía elegir a Leah, una joven de la decadente familia Burgess, en vez de a la heredera de los Ford?
Meg, sin embargo, seguía concentrada en Corrine, ignorando por completo los consejos de su marido.
«¿Dónde está Griffin?»
Calan exhaló pesadamente, intuyendo adónde iba esto.
«Cariño, señorita…»
«Holland ya tiene novio. Déjalo estar».
Volvió a ofrecerle la tisana.
«Toma. Bebe esto».
Meg dio un sorbo despreocupado, con un tono desdeñoso, pero su significado era claro.
«Si no están casados, aún hay esperanza». Calan se quedó sin palabras.
Y añadió: «Además, el matrimonio no siempre es permanente. Eso dijiste cuando me perseguías».
Calan parpadeó, sorprendido. No tenía respuesta.
En ese momento, Bruce se acercó, con una postura serena pero respetuosa.
«Sr. Archer, si tiene un momento, me gustaría hablar con usted en privado».
La calidez en la expresión de Calan se desvaneció al instante, sustituida por su habitual seriedad mesurada. Su mirada recorrió a Bruce, evaluándolo, antes de poner una mano firme en el hombro del joven.
«Sr. Ashton, esta es una noche rara para relajarse. ¿Por qué no disfrutar en el banquete en su lugar? »
Bruce vaciló durante una fracción de segundo antes de esbozar una cortés sonrisa.
«Por supuesto».
Calan no se entretuvo.
«Nos vamos», dijo con suavidad, cogiendo la mano de Meg y llevándosela.
Bruce permaneció inmóvil, con los dedos apretados alrededor del vaso, mientras veía a la pareja desaparecer entre la multitud. Luego, con un movimiento rápido, se bebió la copa.
Leah se acercó en silencio, con voz suave.
«Bruce, ¿cómo te fue? ¿Fue receptivo el Sr. Archer?»
Bruce la miró, el peso de sus pensamientos evidente en su expresión. Sacudió ligeramente la cabeza.
Su instinto le decía que este viaje no iba a ser nada fácil.
En cuanto Corrine terminó su actuación, las parejas empezaron a dirigirse a la pista de baile. El elegante vals llenó el gran salón y, muy pronto, los hombres empezaron a acercarse a ella, cada uno con una invitación. Ella los rechazó a todos sin vacilar.
Karina, observando el desarrollo de la escena, agitó el vino en su copa, con la diversión reflejada en su mirada.
«Tsk, tsk. Corrine, eres tan popular como siempre», musitó con un tono burlón en la voz.
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