El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 354
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 354:
🍙🍙🍙🍙🍙
Con los labios ligeramente hinchados por el abrazo, Corrine se inclinó hacia él y jadeó suavemente.
«Estaré aquí esperando tu regreso».
Con una mano suave, Nate le acunó la nuca, le besó la frente y le susurró: «Descansa bien. Buenas noches».
Matías llevaba un rato esperando abajo. Vio cómo Nate se metía en el coche e indicaba al conductor que arrancara el motor. Observando atentamente el comportamiento de Nate, Matías dudó antes de decir: «Sr. Hopkins, ha habido una novedad. El infierno ha abandonado Lyhaton».
«¿Qué hay de los orígenes de la tiara?» preguntó Nate.
Un momento de incertidumbre cruzó el rostro de Matías. Bajo la intensa mirada de Nate, Matías se armó de valor y respondió: «Sí, la tiara fue enviada a la casa de subastas por el representante de la señorita Holland, Jacob».
Los ojos de Nate se agudizaron, su mirada penetró como una daga en la oscuridad.
«¿Estás seguro?»
Al enfrentarse a la formidable mirada de Nate, un escalofrío recorrió la espina dorsal de Matías. Asintió con seriedad.
«Absolutamente positivo».
El silencio envolvió entonces el coche, pesado y sofocante. Matías se sentó rígido, la tensión de Nate pesando sobre él. Incapaz de contenerse, respiró hondo, se detuvo un momento y preguntó con cuidado: «Señor Hopkins, ¿deberíamos contarle esto a la señorita Holland?».
Las pruebas sugerían que Jacob había estado ocultando su verdadera identidad, mientras vigilaba de cerca a Corrine. Tenían que tomar medidas para prevenir posibles amenazas. Pero cuando Matías expresó sus preocupaciones, Nate las desestimó diciendo: «Mantengamos esto en secreto por ahora».
Matías se quedó desconcertado. Siempre había creído que la seguridad de Corrine era la máxima preocupación de Nate. Sin embargo, antes de que pudiera seguir contemplándolo, Nate ordenó con decisión: «Organiza que nuestro equipo la vigile».
«Entendido, señor Hopkins», respondió Matías.
Corrine había planeado aprovechar su semana libre para pasar tiempo con Nate. Pero un inesperado viaje de negocios se lo había llevado, dejándola sola. Estaba desganada en la cama, pasando el tiempo viendo videoclips. Entonces, unos golpes repentinos y agudos en su puerta rompieron la monotonía, cada uno más insistente que el anterior.
«¡Ya voy!», gritó, poniéndose una chaqueta mientras salía de su dormitorio y abría la puerta con un rastro de impaciencia.
Su irritación fue evidente cuando vio a Jules allí de pie.
«¿Qué te trae por aquí?»
«¿Ya has desayunado?» Jules preguntó mientras presentaba un conjunto de cajas de alimentos, y agregó: «Recogí algunas tartas de huevo de Jennifer’s Bakery. Son tus favoritas, aún calientes y blandas. Adelante, come».
Corrine enarcó ligeramente una ceja.
«¿Has venido hasta aquí sólo para traerme el desayuno?»
«También es la celebración del cumpleaños de mi madre esta noche. No se te olvidó, ¿verdad?» preguntó Jules.
«Tengo su regalo preparado», respondió Corrine mientras se dirigía al baño para asearse.
Al salir del baño, vio que Jules examinaba la tiara con gran interés.
Corrine se acercó corriendo.
.
.
.