El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 346
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Capítulo 346:
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Con un desafiante levantamiento de ceja, la arrogante presencia de la mujer era inconfundible, incluso desde lejos.
Zayn, pillado momentáneamente desprevenido, se recuperó rápidamente y levantó el mazo para preguntar: «¿Tenemos una oferta superior a mil millones?».
El silencio envolvió la sala. Zayn continuó: «¡Un billón a la una! ¡Mil millones a las dos! Mil millones…»
Su voz se hizo más fuerte y cada palabra sonó con una claridad espeluznante que llenó la sala.
En ese momento, las puertas del vestíbulo se abrieron de golpe. Todas las cabezas se volvieron hacia la entrada.
Entró un hombre de pelo canoso y expresión seria, llevando una bandeja en la que destacaba una tarjeta de oro negro.
La conmoción era evidente no sólo en la cara de Zayn en el escenario, sino también entre los miembros de nivel medio sentados.
Un susurro recorrió la multitud.
«¿Es una tarjeta oro negro?»
Mientras la pregunta flotaba en el aire, una ola de incredulidad recorrió a los asistentes.
El ambiente de la sala se transformó al instante. La tarjeta de oro negro acaparó la atención, con sus intrincados dibujos entrelazados con un círculo perfecto de diamantes impecables: un símbolo de autoridad e influencia incomparables.
El hombre presentó la bandeja a Zayn con precisión ceremonial. Zayn la aceptó, con la garganta contraída por los nervios. A lo largo de su dilatada carrera en la casa de subastas, la revelación de la identidad de un titular de una tarjeta dorada seguía siendo un acontecimiento excepcionalmente raro. Se secó discretamente el sudor que se le acumulaba en la frente.
«¿Alguien quiere rebatir la oferta del titular de la tarjeta oro negro?». Sus palabras resonaron en la silenciosa sala.
Un gran silencio se apoderó de la reunión. Mientras que los miembros de primer nivel representaban el escalón más alto de Forreal, los poseedores de la tarjeta oro negro -los miembros supremos- habitaban un reino completamente propio. Estos miembros supremos poseían el privilegio único de doblar cualquier puja indefinidamente, sin límites convencionales.
La expresión de la pelirroja se tensó imperceptiblemente mientras ajustaba su auricular, enfrascada en lo que parecía una intensa consulta con asesores invisibles. Jacob también discutía con Corrine, aún procesando el impactante suceso.
«Señorita Holland, un miembro supremo ha entrado en la refriega.»
Corrine calmó sus turbulencias internas y centró su atención en Nate. Pensó en el cuadro que había visto en casa de Evelyn. Aunque había albergado sospechas al ver aquel renombrado cuadro, la revelación de la condición de miembro supremo de Nate hizo que la recorrieran oleadas de asombro. Sí, él era el propietario de aquella tarjeta de oro negro.
Levantó la taza de café y aprovechó el gesto para serenarse.
«¿Eres un miembro supremo?»
«Como heredera de la elegida de la familia Ford, ¿cómo iba a permitir que te desprestigiaras?». Los ojos de Nate se suavizaron con afecto mientras sus labios se curvaban en una tierna sonrisa.
A Corrine se le escapó una suave carcajada mientras reflexionaba sobre la casualidad de haber encontrado un compañero tan perfecto.
La ceja de Nate se arqueó juguetonamente.
«Permíteme encargarme de lo que sigue».
Corrine levantó la barbilla con tranquila confianza.
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