El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 31
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 31:
🍙🍙🍙🍙🍙
«¡Tráiganla rápido!» dijo Evelyn con entusiasmo.
Al entrar, Corrine dijo: «Espero que mi visita no sea un inconveniente».
«¿De qué estás hablando?» exclamó Evelyn con alegría, agarrando la mano de Corrine para guiarla hasta un sofá.
«Estoy tan feliz de que hayas venido a verme».
Observando los delicados rasgos de Corrine, se dio cuenta de su aspecto mejorado, pero aún delgado.
«¿Cómo te sientes estos días?»
Corrine respondió agradecida: «Me estoy recuperando bien, gracias. ¿Y cómo has estado tú? No sabía que te habían dado el alta».
«Sólo una pequeña recaída de un viejo problema», tranquilizó Evelyn, aumentando su afecto por Corrine al añadir: «Nate mencionó que tu reciente enfermedad estaba relacionada de algún modo con él».
Corrine negó débilmente con la cabeza.
«Es culpa mía».
En el fondo, sabía que la aparición de Nate no era la única razón de su enfermedad. Incluso sin él, su cuerpo se habría rendido. Después de todo, ¿cuántos podrían soportar una tormenta que azota cuerpo y alma sin desfallecer?
Siempre había creído que las cicatrices de su infancia habían endurecido su corazón hasta convertirlo en una fortaleza inquebrantable. Sin embargo, la traición de la persona a la que más amaba había perforado esa armadura, haciendo que se desmoronara bajo el peso del dolor.
Evelyn observó la expresión desolada de Corrine, con ojos suaves de comprensión. Tomó la mano de Corrine entre las suyas y habló despacio, con voz firme pero reconfortante.
«La gente siempre quiere más de lo que tiene. Una vez que lo consiguen, quieren otra cosa, nunca están verdaderamente satisfechos. Los sentimientos cambiantes son humanos, pero la lealtad es una elección, un acto deliberado». Sus palabras quedaron en el aire.
«Lo que te pertenece encontrará el camino de vuelta, aunque lo dejes ir. ¿Y lo que no? Es mejor soltarlo antes. El poder de elegir siempre ha sido tuyo».
Las pestañas de Corrine se agitaron mientras asimilaba la perspicacia de Evelyn.
«Los sentimientos cambiantes son humanos, pero la lealtad es una elección, un acto deliberado». Estas palabras permanecieron en su mente.
Corrine se dio cuenta de que el matrimonio nunca fue una prisión ni una cadena inflexible.
«El amor es como un viaje», continuó Evelyn, suavizando su voz en un tono reflexivo.
«Dos personas pueden caminar juntas, pero cualquiera de ellas puede elegir separarse en el camino. Un día, encontrarás a alguien que quiera viajar contigo hasta el mismo destino».
Evelyn extendió la mano y sus dedos rozaron suavemente la mejilla hundida de Corrine.
«Buena chica, recuerda que vivimos para nosotros mismos, no para nadie más. Dejar que el amor te atrape traicionaría tu verdadera naturaleza independiente».
Corrine la miró, sorprendida por la claridad de las palabras de Evelyn. Entonces, una cálida sonrisa se dibujó en su rostro.
.
.
.