El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 306
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Capítulo 306:
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«¿Qué grabación?»
La voz del asistente era tensa.
«Tu conversación privada de hoy con ella fue grabada. Y ahora, está explotando en línea «. Antes de que el asistente pudiera terminar, Bruce terminó la llamada abruptamente. Sus dedos volaron sobre la pantalla mientras comprobaba las noticias de actualidad. Los principales titulares le gritaban: «Desenmascarando al canalla: La grabación» y «Cara vergonzosa de la familia Ashton de Lyhaton».
El audio filtrado no sólo confirmó su traición, sino que también llevó a los internautas a atar cabos: se dieron cuenta de que el escándalo en torno a Corrine no había sido más que una cortina de humo orquestada por la familia Ashton. Lo peor de todo es que la grabación desenmascaró a Rita.
Bruce respiró entrecortadamente y sus ojos se abrieron de puro pánico.
Tracy, de mirada aguda, captó inmediatamente su cambio de expresión.
«¿Qué ha pasado?»
La mandíbula de Bruce se tensó al mirarla, con la voz cargada de furia.
«Corrine grabó nuestra conversación y la colgó en Internet. Ahora, Internet nos está destrozando y quieren que Rita pague el precio».
El rostro de Tracy perdió el color y su voz apenas fue un susurro.
«¿Qué?»
Incluso Farris, que normalmente era la viva imagen del control, no podía ocultar el pánico que se reflejaba en su expresión. De repente, un peso aplastante se apoderó de él, una asfixia abrumadora, como si su corazón hubiera vacilado. Su rostro perdió el color e hizo una mueca, agarrándose el pecho como si tratara de mantener la compostura.
«¡La medicina!» Millard fue el primero en reaccionar, con voz urgente. Rápidamente le entregó a Farris una pastilla, que éste tragó de inmediato.
Millard frotó la espalda de Farris con movimientos lentos y tranquilizadores, instándole a respirar. Los minutos se prolongaron interminablemente, con la tensión en el aire, hasta que por fin la respiración de Farris se estabilizó.
Sin embargo, el calvario lo había envejecido en un instante: su cuerpo estaba frágil, su energía agotada. Se apoyó en el sofá, su voz era una sombra de su fuerza habitual, apenas un susurro.
«Convocar una rueda de prensa. Tenemos que asumir nuestros errores, aceptar las consecuencias que vengan».
La mirada de Bruce se endureció, sus ojos más fríos que nunca, su mandíbula de piedra.
«Entiendo, abuelo».
Las acciones de Corrine les habían pillado completamente desprevenidos, y Bruce no pudo evitar recordar una vez más las escalofriantes palabras que ella le había dicho antes.
«Observa atentamente como me dedico a devolver a la familia Ashton a sus humildes comienzos».
Sus facciones se ensombrecieron al recordarlo. Su rostro, normalmente tan sereno, era ahora una máscara de fría furia. No era sólo una amenaza vana. Corrine hablaba en serio. Tenía la intención de derribar a la familia Ashton, pieza por pieza, con sus propias manos.
Sus manos se cerraron en puños, las venas del dorso de sus manos resaltaban mientras luchaba por contener el fuego que ardía en su interior.
Tras ayudar a Farris a volver a su habitación, Tracy no pudo contener su amargura.
«¡Esa perra astuta, Corrine! Nunca pensé que nos socavaría así».
«Basta», suspiró Millard con pesadez, sintiendo el peso del momento. Volviéndose hacia Bruce, añadió: «Vamos ahora a la empresa, Bruce».
«De acuerdo.
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