El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 259
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Capítulo 259:
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Matías podía sentir la tensión palpable en el tono de Nate, el peso de sus palabras no dichas presionando a través de la línea telefónica. No necesitó preguntar a quién se refería Nate con «ella», y respondió sin vacilar: «La señorita Holland se encontró con Bruce y Leah hoy temprano».
Al otro lado de la línea se oyó una larga pausa.
El opresivo silencio al otro lado de la línea dificultaba la respiración de Matías. Reconoció en silencio que incluso las mentes más serenas y estratégicas podían quedar atrapadas por la intrincada danza del amor.
Matías tomó aire antes de decirle cautelosamente a Nate: «Señor Hopkins, he oído que la familia Ashton está preparando una gran celebración del aniversario de su empresa, y la señorita Holland está invitada. ¿Deberíamos hacer algo al respecto?».
«No hace falta», respondió Nate, que ya captaba las implicaciones.
«Asigna a alguien para que se asegure discretamente de que no se moleste».
«¿Qué?» La voz de Matías se alzó con sorpresa.
Para Matías, la generosidad de Nate fue inesperada. A pesar de saber que el ex de Corrine era un Ashton, Nate se mostraba asombrosamente relajado al respecto. ¿Se estaba haciendo el difícil, fingiendo desinterés como estrategia sutil?
Estos pensamientos se arremolinaban en la mente de Matías, pintando un cuadro de potenciales enredos románticos. Sin embargo, su ensoñación se vio interrumpida por una voz aguda y fría que le preguntó: «¿No lo entiendes?».
La voz era fría, como el escalofrío de un río helado.
Recuperando la concentración, Matías respondió: «Entiendo, señor Hopkins». En cuanto terminó de hablar, la llamada se cortó bruscamente.
Con un profundo suspiro, Matías empezó a cumplir las directrices de Nate.
Pronto llegó el esperado día del aniversario del Grupo Ashton. En consonancia con su elevada posición, habían elegido el lujoso Hotel Dreamscape como lugar de celebración.
La familia Ashton se reunió en la entrada, esperando ansiosamente la llegada de Corrine. Sin embargo, a medida que se acercaba la noche y Corrine aún no había aparecido, se hicieron evidentes signos de inquietud entre los anfitriones que esperaban.
«¿Por qué Corrine nos hace esperar así? ¿Podría estar haciéndolo a propósito?»
«Le extendemos una invitación como gesto de respeto y, sin embargo, la trata con tanta arrogancia».
«Nunca quise invitarla en primer lugar, y ahora somos nosotros los que parecemos tontos».
Farris captó los murmullos y su rostro se tensó de disgusto. Con firmeza, golpeó el suelo con el bastón y ordenó en voz baja: «¡Silencio!».
Su ira silenció al grupo. Todos miraron a su alrededor, sus ojos acusándose sin palabras.
Entonces Leah dijo en voz baja: «Farris, todos los invitados están aquí. ¿Qué tal si entráis todos a darles la bienvenida? Yo puedo quedarme atrás para Corrine».
Su voz era suave, reflejando el aplomo que se espera de una dama de su posición.
Farris miró a Leah. Con su vestido blanco y sus rizos castaños que le caían por la espalda, era la personificación de la gracia y la elegancia. De pie junto a Bruce, parecían la pareja perfecta.
En el aniversario de hoy, la familia Ashton pretendía revelar a la prensa el próximo compromiso de Bruce y Leah. De ahí que su atuendo de hoy no dejara lugar a críticas.
Al principio, Farris pensó en posponerlo, pero la urgencia de la familia Burgess era apremiante. En una ocasión, la familia Burgess había rescatado a los Ashton de sus problemas económicos, con la condición de que Leah se casara con Bruce. Un matrimonio formal parecía precipitado, así que Farris sólo accedió al anuncio de su próximo compromiso.
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