El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 18
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Capítulo 18:
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«Todo ha salido así por mi culpa. Soportaría cualquier castigo -ser golpeada, obligada a arrodillarme- si eso significara volver al lado de Bruce. Haría absolutamente cualquier cosa».
Bruce sintió que su corazón se estrechaba dolorosamente al ver su rostro exhausto y lleno de lágrimas. Sin vacilar, la estrechó entre sus brazos y le apartó las lágrimas con los dedos.
«No debes culparte. ¿Cómo pudiste decir esas cosas?»
Tracy observó la escena íntima con una sutil sonrisa en los labios. Se levantó en silencio y salió de la habitación. En ese preciso momento, Rita irrumpió en la habitación, con una mano en la cara y un aspecto desaliñado y frenético.
«¡Mamá!»
Al ver a su madre, Rita se arrojó a sus brazos como si buscara la salvación.
«¡Debes defenderme!»
«¿Qué te ha pasado?» La expresión de Tracy se endureció al notar la furiosa hinchazón en la mejilla de su hija. Acunó el rostro de Rita entre las manos y su voz se volvió de hielo.
«¿Quién se atrevió a golpearte así?»
Rita, olvidando convenientemente sus propias crueles palabras a Corrine, se lanzó a relatar el incidente.
«Mamá, Corrine no sólo me pegó; ¡intentó asesinarme! Me arrastró hasta la ventana del piso quince. Si la gente no hubiera estado mirando, ¡ahora no estaría viva!».
«¿Qué te poseyó para provocarla?» La voz de Bruce tenía un tono de censura. Su expresión se ensombreció al recordar la anterior actitud fría de Corrine.
«¡Bruce, soy tu hermana!» Rita protestó, con lágrimas en los ojos.
«Yo soy la víctima aquí, golpeado y casi arrojado desde un edificio. ¿Cómo puedes ponerte de su lado?»
Bruce soltó un bufido despectivo.
«¿Entonces por qué no me atacó a mí en vez de a ti?»
«Mamá, ¿has oído lo que ha dicho?». Rita dio un pisotón de frustración infantil, aferrándose al brazo de su madre.
«¡No encontraré la paz hasta que se disculpe!» La humillación ardía en su interior, exigiendo venganza.
Tracy tocó con ternura la mejilla hinchada de su hija, mientras sus ojos se llenaban poco a poco de gélido desprecio hacia Corrine. Nunca había aprobado a aquella mujer, pues consideraba que sus antecedentes eran cuestionables y su comportamiento inexplicablemente orgulloso y ostentoso.
Había esperado que la salida de Corrine de la familia Ashton la humillara, pero en lugar de eso, se había vuelto más audaz, atreviéndose a agredir a Rita como si el apellido Ashton no significara nada.
«¡Ven conmigo! Veamos qué la anima a ponerte las manos encima». Tracy cogió la mano de Rita y marchó decidida hacia la sala de Corrine.
Karina se había marchado momentos antes tras recibir una llamada telefónica, dejando sola a Corrine.
El repentino alboroto en su puerta llamó su atención. Se giró y vio a Tracy y Rita en el umbral. Sus delicadas facciones se congelaron mientras sus ojos se entrecerraban.
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