El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 175
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Capítulo 175:
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«Puede que el título de heredera de los Ford sea tentador, pero deberían cuestionarse si la fortuna les favorece tanto». Una sonrisa jugueteó en las comisuras de los labios de Nate, aunque sus ojos permanecieron serios.
«¡Mi mujer no es para que la toque nadie más!» Su voz se cristalizó como la escarcha, aguda y mordaz.
Sin embargo, en lugar de sentirse intimidada, Corrine se sintió encantada por su declaración posesiva. Su corazón efervescía de alegría, como el champán burbujeando de placer.
«El amor verdadero trasciende el espacio y el tiempo». Corrine le miró con tierno afecto, obligada a ponerse de puntillas y apretarle un beso en los labios.
«Nate, espero…»
«Nuestro amor se convierte en algo eterno». Sus pupilas se dilataron mientras la miraba fijamente, paralizado.
Apretando con fuerza su mano, declaró: «¡Corrine, espera a que te haga mi esposa!».
Su cuerpo se congeló, toda sensación se suspendió momentáneamente.
Un calor mágico floreció en su corazón, extendiéndose por todo su ser.
«¡Sí!»
Se dio cuenta de que eso era lo que se sentía cuando te querían de verdad. No se le escapaba la ironía: había pasado tres años persiguiendo una disculpa sin sentido, pero un mes con Nate le había proporcionado una satisfacción sin precedentes.
«¿Está tu jefe dentro?» La voz de Carl, acompañada del rítmico golpeteo de su bastón, se coló por la puerta del despacho.
Corrine se puso rígida al instante, como si se enfrentara a un adversario temible.
«¡Oh no, mi abuelo está aquí!»
Empezó a moverse asustada, lo que provocó una risita divertida de Nate.
«¿Por qué tanto nerviosismo?»
«¡No puedo dejar que te encuentre aquí!», soltó sin pensar.
La expresión de Nate se ensombreció siniestramente y sus ojos destellaron con intenciones peligrosas.
«Será mejor que te expliques».
La pregunta tácita se cernía sobre ellos: ¿era tan indeseable, tan inferior a ella, que había que esconderlo?
«Esto requiere más explicaciones que unas pocas palabras». Corrine agarró a Nate de la mano, intentando guiarlo hacia la salida antes de que entrara Carl, pero el sonido de pasos que se acercaban le dijo que se le había acabado el tiempo.
«Ya es demasiado tarde». La ansiedad de Corrine se manifestó en su expresión, su nerviosismo palpable mientras buscaba desesperadamente una solución.
La ceja de Nate se arqueó hacia arriba, la diversión bailando en sus ojos.
«Considera esto el inevitable primer encuentro de tu novio con tu familia: tenía que ocurrir en algún momento».
Corrine apenas se dio cuenta de sus palabras, su mirada se desvió hasta que se posó en su amplio escritorio. Sin vacilar, empujó a Nate hacia él y le instó a que se metiera debajo.
«Pido disculpas por la indignidad.»
Nate se quedó momentáneamente sin habla.
«Corrine, eres realmente la primera persona que se atreve a tratarme así». Su agarre se tensó alrededor de su muñeca, sus ojos oscuros transmitían una advertencia inconfundible.
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