El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1647
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1647:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La voz de Leland penetró de repente en el silencio desde el otro lado de la puerta.
—El señor Hopkins está aquí.
Los pensamientos de Corrine se cristalizaron en un instante.
—¿El señor Hopkins? ¡Nate!
Corrine corrió hacia la ventana y apartó las cortinas para despejar su vista obstruida.
A lo lejos, las puertas de la finca se abrieron con un chirrido y un elegante Rolls-Royce negro entró en los terrenos de la mansión Ford.
El vehículo se detuvo y de él salió una figura alta e imponente, rompiendo el abrazo de la noche.
Vestido con un elegante traje negro, el hombre caminaba con confianza, cada paso resonando con un aura distintiva de autoridad.
Efectivamente, era Nate.
¿Por qué estaba allí a esas horas?
Sin detenerse a pensar, Corrine se dio la vuelta y salió corriendo por la puerta.
Con la llegada de Nate, una nueva energía animó la finca, antes tranquila. Bajando las escaleras con elegancia, Carl, apoyado en su bastón, se acercó para darle la bienvenida, con un comportamiento nada menos que regio. A pesar de sus reservas sobre Nate como futuro miembro de la familia, el compromiso de Carl de ser un anfitrión cortés nunca vaciló.
Sus acciones no estaban motivadas por el miedo a la influencia de Nate o a su formidable reputación, sino por la preocupación por el bienestar de Corrine en su futura unión.
Los ojos de Waldo recorrieron a Nate de arriba abajo. Sin embargo, cuando sus miradas se cruzaron —la de Nate profunda e inescrutable—, el corazón de Waldo se encogió, lo que le llevó a esbozar una sonrisa forzada.
Nate encarnaba sin duda la reputación de ser el líder más joven y poderoso de la historia de la familia Hopkins en todo el continente independiente; su aura era cautivadora.
Jayden observó la reacción de Waldo con una mirada de desprecio.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєℓα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c○𝓂 antes que nadie
Nate miró alrededor de la sala y finalmente fijó la vista en Carl. En un tono cortés, pero sin exagerar, comentó
: «Sr. Ford, lamento la tardanza de mi visita. Por favor, acepte mis disculpas por esta intrusión».
Su actitud hizo que todos los presentes en la sala contuvieran el aliento.
Todos los presentes reconocían la importancia de Nate.
Era una personalidad formidable en el Continente Independiente, pero su muestra de respeto hacia Carl era evidente.
Para todos estaba claro que su reverencia no era solo hacia el anciano, sino que estaba motivada por consideraciones hacia Corrine.
Aunque sorprendido por la inesperada visita de Nate a esas horas, Carl respondió amablemente:
«Ahora que está aquí, ¿le apetece un café?».
Nate asintió levemente y mantuvo la calma mientras seguía a Carl al salón.
Al levantar la mirada, los ojos de Nate se encontraron con un rostro familiar.
La frialdad de su expresión se suavizó, dando paso a una sonrisa amable.
Aunque el cambio fue mínimo, no pasó desapercibido para los que le rodeaban.
La presencia de Nate disuadía a cualquiera que se atreviera a acercarse demasiado.
Incluso en silencio, su formidable naturaleza era inconfundible.
Sin embargo, una dulzura apareció cuando vio a Corrine.
Carl captó la tierna mirada de Nate y frunció sutilmente el ceño, aclarando la garganta para romper el momento de silencio entre Nate y Corrine.
.
.
.