El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1630
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Capítulo 1630:
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«Sr. Cooper, le daré tiempo para que lo piense». Corrine se levantó con elegancia, sacudiéndose el polvo inexistente de la falda mientras se preparaba para marcharse.
Pero justo cuando se daba la vuelta, su voz cortó el aire. «Haré que alguien le redacte un contrato más tarde».
Corrine se detuvo y luego lo miró de reojo, con los ojos fríos y serenos. «¿Ni siquiera va a consultarlo con la almohada?».
No había sorpresa en su mirada. Estaba claro: ella había contado con este resultado. Incluso su rápida aceptación formaba parte de sus cálculos.
Zeke la miró a los ojos y esbozó una sonrisa. «¿Por qué dudar cuando las probabilidades me favorecen? Pero voy a ser franco. Riverveille no es un santuario. Es una ciudad construida sobre humo y promesas incumplidas. Un solo paso en falso y te arruinarás. Estás haciendo promesas muy atrevidas… Me pregunto si realmente podrás cumplirlas».
Corrine no se inmutó. «Ahora que eres mi aliado, tengo todas las razones para asegurarme de que no sufras ninguna pérdida».
Con eso, se dio la vuelta y se alejó. No miró atrás ni una sola vez. La mirada de Zeke siguió su silueta hasta que desapareció de su vista. Entrecerró ligeramente los ojos, calculando.
Metió la mano en el bolsillo de su abrigo y sacó un cigarrillo. Con un chasquido de su mechero, lo encendió, dejando que el humo se elevara. El cigarrillo colgaba entre sus dedos mientras inhalaba profundamente.
Un pensamiento se instaló en su mente como una piedra en el agua: ¿cómo iba a ganarse a Corrine? Era demasiado perspicaz, demasiado rápida para ver a través de sus defensas. Y eso le intrigaba más de lo que quería admitir. Sería una pena no poder hacerla suya.
Mientras seguía dándole vueltas, se colocó el cigarrillo en la comisura de los labios y sacó su teléfono. Sin dudarlo, llamó a Jules.
En ese momento, Jules estaba sentado en una elegante sala de conferencias acristalada, con una pierna cruzada sobre la otra y la barbilla apoyada en la mano. Hacía girar un bolígrafo perezosamente con los dedos, con una expresión indescifrable.
Meses antes, Blue Core Technology había llevado a cabo una adquisición estratégica: había conseguido una licencia tecnológica crucial de una empresa de Mochye. Ahora tenían la mirada puesta en el lanzamiento conjunto de un vehículo eléctrico con la familia Charles, previsto para finales de año.
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La reunión inicial se había retrasado debido a complicaciones inevitables, pero, por suerte, la delegación de los Charles había decidido desviarse por Lyhaton, lo que les daba tiempo para reunirse con él en persona.
El teléfono vibró. Jules miró la pantalla y frunció ligeramente el ceño. Levantó la mano para hacer una pausa al presentador. Luego se levantó y salió para atender la llamada. «¿Qué pasa?», preguntó con voz seca.
—¿Te apetece tomar algo esta noche? —El tono de Zeke tenía un toque travieso.
Jules miró su reloj. —De acuerdo. Tú eliges el lugar.
—¿Tu ciudad y yo soy el que elige?
—Entonces yo elegiré, y tú pagarás.
Hubo un momento de silencio. Zeke se quedó sin palabras.
Para alguien nacido en la poderosa familia Ford, a Jules no le costaba sacrificar su orgullo cuando se trataba de viejos amigos.
Esa noche, Jules percibió la tensión subyacente en las preguntas de Zeke. El nombre de Corrine seguía apareciendo en la conversación, sutil pero persistente. Jules se recostó en su asiento y oscureció la mirada mientras estudiaba a su amigo. —¿Qué pasa? ¿Planeas poner a prueba tu equilibrio sobre hielo fino?
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Nota de Tac-K: Tengan un bellísimo fin de semana queridas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (˵ •̀ ᴗ – ˵ ) ✧
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