El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1609
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1609:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Penny se dio cuenta del buen humor de Evelyn y, tras un momento de vacilación, preguntó con cautela: «¿Qué hay de esos objetos que hay sobre la mesa?».
La mirada de Evelyn se desvió de Penny hacia los ornamentados accesorios tradicionales para el cabello que yacían cuidadosamente dispuestos.
«Iremos paso a paso», dijo con un suspiro tranquilo. «Después de esperar todos estos años, no tiene sentido precipitarse ahora. Si presionamos demasiado, todo podría desmoronarse».
Penny frunció ligeramente el ceño. «¿Y qué hay de la familia Ford?».
En aquella celebración de compromiso, Evelyn había hecho una promesa: apoyar las decisiones de Corrine y no interferir. Pero ahora, las acciones de Evelyn resonaban con el eco de la contradicción.
«Yo tengo mi camino y ella tiene su propia elección. No se cruzan», respondió Evelyn con sencillez. «Además, yo no presioné a Corrine para nada. Su propia curiosidad la llevó allí. ¿A quién va a culpar por eso?».
Penny se quedó sin palabras.
Eso era buscarle tres pies al gato, por no decir tergiversar la verdad.
Evelyn se cubrió con las mantas y preguntó con indiferencia: «¿Se sabe algo de esa mujer?».
Aunque no mencionó ningún nombre, Penny sabía exactamente a quién se refería. Recientemente, Nate había sido hospitalizado tras sufrir una lesión y, aunque el asunto se había mantenido en secreto, los secretos siempre acababan saliendo a la luz.
«Scarlette Powell se fue con su gente», dijo Penny mientras arropaba a Evelyn con la manta.
«Se escapó sin un rasguño», murmuró Evelyn con un largo suspiro. «Estoy cansada. Tú también deberías acostarte temprano».
«Sí, señora Hopkins».
A la mañana siguiente, Corrine recibió una llamada de Zeke.
Actualizaciones diarias desde ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝒸ø𝗺 con sorpresas diarias
En cuanto vio su nombre en la pantalla del teléfono, frunció el ceño.
Tenía poca paciencia con Zeke. La única razón por la que lo toleraba era por Jules y por respeto a su tía Chelsea. Al fin y al cabo, su tía tenía buenos contactos con la madre de Zeke.
Corrine respiró hondo y deslizó el dedo para responder a la llamada.
—Señorita Holland —la voz de Zeke sonó nítida al otro lado de la línea—. Me preguntaba si estaría libre para ir a comer.
—Lo siento, no puedo —respondió Corrine sin rodeos—. Si necesita algo, puede decírmelo por teléfono.
Si Nate, siempre tan celoso, se enteraba de que había salido a comer con Zeke, sería un desastre.
No estaba dispuesta a buscar problemas.
—Como no es conveniente hablar en privado, iré a la oficina —dijo Zeke, y colgó rápidamente antes de que Corrine pudiera objetar.
Mientras escuchaba el pitido del teléfono, Corrine murmuró entre dientes: «Increíble».
Con el trabajo acumulándose a diestro y siniestro, dejó la llamada en un segundo plano.
Hasta que Natasha llamó a la puerta de su oficina. —Señorita Holland, un tal señor Cooper está aquí para verla.
—¿Quién? —Corrine frunció el ceño.
Pensando que quizá no había sido clara, Natasha aclaró: —El señor Zeke Cooper, de la familia Cooper de Pinetree City.
Corrine dejó el bolígrafo y cogió su taza de café. —Dígale que ahora mismo no estoy disponible y pídale que se marche.
Antes de que Natasha pudiera moverse, la voz de Zeke resonó con claridad. —Señorita Holland, ¿tiene tanto miedo de verme? ¿Acaso parezco un monstruo?
Sorprendida, Corrine bajó la taza y miró a Natasha. —Puede marcharse.
.
.
.