El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1583
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Capítulo 1583:
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Corrine arqueó ligeramente las cejas. Al parecer, era el momento oportuno.
Corrine aceptó los documentos con una ceja levantada, echó un vistazo rápido al contenido y su rostro se endureció gradualmente. «¿Qué significa aquí «riesgo de desarrollar cáncer»?»
«Exactamente lo que parece», respondió Eaton con tono seco, como si estuviera leyendo el parte meteorológico. «El compuesto contiene un estabilizador de la presión arterial. Pero quien preparó la muestra se impacientó. Excedieron la dosis. Eso provocó una acumulación de toxicidad en el organismo. Con el tiempo, se deposita en los órganos y aumenta la probabilidad de mutaciones malignas».
Las palabras la golpearon como un peso lento y sofocante. Los dedos de Corrine se curvaron ligeramente.
Riesgo de desarrollar cáncer…
Esa botella, la que Jonathan le había dado, apareció en su mente.
Tenía su propia teoría. Si Jonathan había logrado desarrollar un antídoto tan preciso, también podría estar luchando contra una enfermedad rara similar. Si sus sospechas eran correctas y él se había estado medicando durante años, entonces él…
Al ver su mirada angustiada, Eaton malinterpretó su preocupación como miedo por su propia salud y rápidamente la tranquilizó. «Los efectos adversos tardarían años en manifestarse debido a las dosis involucradas. Solo has tomado una pequeña cantidad; deberías estar bien».
Corrine apenas reconoció su tranquilidad, con la mente acelerada. Colocó silenciosamente el documento sobre la mesa y se alejó.
Jules y Eaton intercambiaron miradas confusas, tratando de descifrar su comportamiento inusual.
«¿Qué le pasa?», preguntó Eaton, frunciendo el ceño.
Desde que los Ford lo acogieron bajo su protección, se había quedado en el laboratorio, profundamente involucrado en la investigación y el desarrollo de fármacos. Corrine nunca dudaba en probar ninguna muestra ella misma. Hoy, sin embargo, su reacción era notablemente diferente.
¿Era el análisis del fármaco lo que le preocupaba? ¿O estaba preocupada por otra persona?
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Eaton se dio cuenta de que Jules seguía observando a Corrine con expresión pensativa. —Entonces, el experimento de hoy…
Jules parpadeó, como si despertara de un trance. Abrió la boca, dispuesto a rechazarlo. Pero Corrine lo interrumpió bruscamente. —¡Continúa!
—La fusión de fármacos que estamos probando hoy no es estable —comenzó Eaton, con un tono de duda en su voz—. Quizás deberíamos considerar la posibilidad de suspender el experimento. Me preocupa…».
La última vez que realizaron un experimento similar, Corrine entró en coma. Nadie en la sala estaba preparado para enfrentarse de nuevo a ese tipo de resultado. Sin embargo…
Corrine no parecía inmutarse por los riesgos. Se quitó la chaqueta y se dirigió hacia la cámara experimental.
Jules extendió la mano y la agarró por la muñeca. Sus labios estaban apretados en una línea firme y la tensa tensión de su mandíbula revelaba su inquietud. La tensión visible en su mano delataba su esfuerzo por mantener el control sobre sus emociones.
Corrine se volvió hacia él, con los ojos reconociendo su preocupación. Ella entendía sus temores, pero también sabía cuál era su papel único en estos ensayos. «Relájate», le dijo en voz baja, colocando su mano sobre la de él y dándole una suave palmadita. «Si algo sale mal, no dejes que Nate se entere».
La reacción de Jules fue una mezcla de frustración e incredulidad, y una risa amarga se le escapó mientras negaba con la cabeza. «¡Realmente tienes a tu hombre en mente en todo momento!».
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