El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1452
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Capítulo 1452:
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—¿Problema resuelto? —preguntó Carl.
—Sí —respondió Jules en voz baja.
Carl asintió levemente, con la mirada fría. —No pasa nada si nos molesta, pero no quiero que perturbe a Corrine.
—Lo entiendo, abuelo.
Tanto Carl como Jules tenían claro que Dewey no tenía cabida en la vida de Corrine. La distancia que se había creado a lo largo de los años se mantendría, garantizando que Dewey no perturbara su paz. Estaban unidos en esta resolución.
Jules se sentó y recorrió la sala con la mirada, buscando instintivamente a Corrine entre la multitud.
La suave voz de Rachel interrumpió su mirada. —Son las seis.
Al volverse, Jules vio a Corrine sentada en un rincón con Nate. Era un rincón discreto, un lugar que no cualquiera podía ocupar.
En algún momento, Moses se acercó con una mirada pícara hacia Nate. —Estás un poco raro esta noche.
Nate, conocido por su carácter reservado y su tendencia a evitar las apariciones públicas para mantenerse alejado de sus enemigos, estaba rompiendo su patrón habitual, y todo era por Corrine.
Sosteniendo la mano de Corrine bajo la mesa, los dedos de Nate acariciaban suavemente sus nudillos, con los ojos llenos de afecto. «Siempre hay excepciones».
Corrine era esa excepción.
Moses se rió entre dientes, con un tono de incredulidad. —¿Quién hubiera pensado que Nate Hopkins, conocido por su falta de romanticismo, algún día sería tan cariñoso con una mujer? Increíble.
—Voy al baño —le susurró Corrine a Nate, inclinándose hacia él antes de alejarse de la mesa.
Una vez que se hubo ido, el tono juguetón de Moses se tornó más serio. —Nate, ¿planeas apoyar abiertamente a la familia Ford?
—La familia Ford se ha mantenido firme en Lyhaton durante años, demostrando su fuerza —respondió Nate con calma.
Su insinuación era clara: la familia Ford era lo suficientemente poderosa por sí sola, sin necesidad de su respaldo.
Moses lo entendía, pero también era consciente de que el respeto que Nate había mostrado hacia Carl aquella noche podía elevar considerablemente el estatus de la familia Ford.
Se inclinó hacia delante, apoyando la barbilla en la mano, y entrecerró los ojos mientras contemplaba las acciones de Nate. —Al declarar públicamente vuestra relación esta noche, no solo estás afirmando…
No solo estás afirmando tu compromiso con Corrine, sino que también estás obligando a la familia Ford a aceptar esta unión, desanimando de manera efectiva a otros hombres que la desean, ¿no es así?
Sonaba como un comentario improvisado, pero las verdaderas intenciones de Nate habían quedado al descubierto con una precisión asombrosa.
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