El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1420
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Capítulo 1420:
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En cuanto cruzó el umbral, se vio envuelta por la pesada atmósfera que envolvía la villa. El personal doméstico se movía como sombras, cauteloso y deliberado, como si el más mínimo ruido pudiera desencadenar una explosión.
Al ver a Corrine, Saúl y Matías se apresuraron hacia ella con tal alivio en sus ojos que casi se les saltaron las lágrimas. —¡Señorita Holland, menos mal que ha llegado! —dijeron en voz baja—. ¿Qué ha pasado?
Corrine recorrió la habitación con la mirada fría, buscando a Nate.
Matías, que lo entendió, se apresuró a decir: —El señor Hopkins está en el estudio.
Corrine asintió con la cabeza y se dirigió hacia el estudio.
Mientras se alejaba, Matías la siguió en silencio y le dijo: —Señorita Holland, por favor, recuerde que hay algunas cosas de las que el señor Hopkins prefiere no hablar. No es que no confíe en usted.
No hacía mucho, Corrine había viajado apresuradamente durante toda la noche desde Riverveille hasta Lyhaton, causando un gran revuelo en el hospital, todo porque Nate le había ocultado algo.
Solo habría bastado una simple explicación, pero la naturaleza reservada de Nate le había llevado a guardar silencio sobre el asunto.
Esta vez, dado su temperamento, era probable que Nate se mantuviera igual de hermético.
Una sutil arruga se formó entre las cejas de Corrine al acercarse al estudio.
La puerta permanecía firmemente cerrada. Corrine llamó suavemente con los nudillos contra la madera. Al no obtener respuesta, respiró hondo y anunció: «Voy a entrar». Dudó un instante antes de girar el pomo.
El estudio la recibió con una luz danzante: el sol del mediodía se filtraba a través de las ramas que se balanceaban en el exterior, proyectando un mosaico de oro y sombras en la austera habitación.
Nate estaba de pie, recortado contra la ventana, de espaldas a la puerta, como si quisiera aislarse deliberadamente del mundo. La luz del sol trazaba su silueta en oro.
La habitación parecía contener la respiración. Un peso invisible presionaba hacia abajo, haciendo que el aire fuera denso y difícil de respirar.
Esa tensión palpable emanaba directamente de Nate.
Para Corrine, Nate siempre había tenido un aire de fría indiferencia, un hombre envuelto en un manto de reserva que se movía por la vida con una altiva indiferencia que lo hacía parecer casi intocable.
Pero ahora, de pie ante la ventana, parecía completamente destrozado, una figura solitaria ahogada en las sombras, desprovista de toda vitalidad, dejando solo un recipiente vacío lleno de una soledad infinita.
Corrine frunció el ceño con preocupación al acercarse a él.
Sumido en sus pensamientos, Nate no se volvió al oír pasos detrás de él; se limitó a preguntar con una voz gélida como el hielo: «¿Qué pasa?».
Corrine le puso la mano en el hombro. «¿Qué te preocupa?». Su voz sacó a Nate de sus pensamientos.
Él levantó los ojos para mirarla, con una expresión de confusión momentánea en el rostro: claramente no esperaba encontrarla allí.
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Nota de Tac-K: Linda semana amadas personitas, nuevos capítulos el día viernes y nuevas novelas mañana. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. ദ്ദി(˵ •̀ ᴗ – ˵ ) ✧
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