El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1386
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1386:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Pero, ¿de qué servía la compostura cuando estaba al borde del abismo?
Con ese pensamiento, apartó la mirada, ocultando el destello de veneno que brilló brevemente en sus ojos.
Luego llegó la presentación final. Emily, la serena líder del proyecto del Grupo Ford, tomó el micrófono. «Agradecemos la invitación extendida al Grupo Ford para participar en esta prestigiosa cumbre de la industria».
Abajo, entre el público, Natasha se sentó rígida en su silla, con los nervios tensos como la cuerda de un arco. Observó a Emily con los ojos muy abiertos, esperando que titubeara. Pero, para su sorpresa, el discurso fluyó con fluidez, sin un solo tropiezo.
Cuando el público respondió con aplausos, Natasha sintió que su corazón se relajaba poco a poco. La tensión que le oprimía el pecho comenzó a desaparecer.
A su lado, Corrine miró su teléfono y esbozó una sonrisa burlona. Un destello de sarcasmo iluminó sus ojos, agudo y fugaz.
Natasha, que la observaba con el rabillo del ojo, se dio cuenta inmediatamente del cambio. Susurró: «Señorita Holland, ¿pasa algo?».
Antes de que Corrine pudiera responder, la voz despreocupada de Bryant atravesó la sala. «La propuesta del Grupo Ford es impresionante», dijo con suavidad, «pero tengo una pregunta para la directora de su empresa».
A Natasha se le encogió el corazón. Se volvió instintivamente hacia Corrine, con el rostro pálido.
Corrine arqueó ligeramente las cejas, con una sonrisa apenas perceptible, sutil como una sombra. Era el tipo de expresión que dejaba claro que había estado esperando este momento todo el tiempo.
No se levantó. Simplemente miró al otro lado de la sala, a Bryant, con la mirada fija. —Adelante.
Bryant hizo ademán de hojear la propuesta que tenía en las manos, aunque sus ojos nunca se apartaron de Corrine. —Según tengo entendido, la región costera en cuestión desempeña un papel crucial en el sustento de los residentes locales. ¿Ha tenido en cuenta el Grupo Ford las implicaciones de la recuperación de terrenos para esas comunidades al planificar el nuevo distrito en la parte este de la ciudad?
Corrine mantuvo la voz firme y el tono sereno. —Por supuesto. El Grupo Ford ha obtenido los permisos necesarios para la recuperación. Tenemos la intención de colaborar estrechamente con las autoridades locales, garantizar una compensación justa y trabajar para construir un entorno habitable y sostenible para todos los involucrados.
Bryant esbozó una sonrisa que no llegó a sus ojos. «En ese caso, quizá pueda explicar los rumores. Al parecer, el Grupo Ford contaminó deliberadamente el medio marino para presionar a los residentes a que cedieran sus tierras. Muerte de alevines. Tácticas poco éticas. Por no hablar de la obtención de permisos a través de conexiones cuestionables».
La sala se sumió en un silencio frío y tenso.
Entonces, como burbujas que rompen la superficie de una olla hirviendo, los murmullos estallaron en todo el recinto.
«La contaminación marina deliberada no es un asunto baladí».
«Si eso es cierto, podría dar lugar a cargos penales. Es un asunto muy serio».
.
.
.