El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1385
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Capítulo 1385:
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—Estaba en la habitación de Emily jugando a las cartas con otros —continuó Natasha—. Me dijeron que a menudo sale tarde por la noche, alegando que no puede dormir y que necesita dar un paseo, pero siempre vuelve al amanecer. Últimamente se comporta de forma extraña, a menudo la encuentran llorando sola, atormentada por pesadillas.
Corrine no respondió, con la mirada fija en Emily, que se movía entre la multitud.
—Hoy nos toca a nuestra empresa —dijo Natasha, observando a Emily—. ¿Crees que podría…?
—Pronto lo sabremos —la interrumpió Corrine, con una sonrisa que denotaba determinación—. Si el Grupo Ford se enfrenta a problemas, ella no podrá eludir su responsabilidad.
Natasha se mordió el labio, con una expresión de inquietud en el rostro. —Tengo el mal presentimiento de que algo va a pasar…
Antes de que pudiera dar más detalles, una voz la interrumpió: «El Grupo Ford es el pilar de la comunidad empresarial de Lyhaton, y todos estamos deseando escuchar su propuesta de proyecto».
Era Bryant con los organizadores de la cumbre.
Vestido con un traje impecable, con sus gafas de montura plateada reflejando la luz, Bryant irradiaba un aura acogedora.
Mientras hablaba, sus ojos se cruzaron brevemente con los de Emily antes de centrarse en el grupo. «Aunque Ford Group es una empresa bien establecida, sigue incorporando talento nuevo. Todos deberíamos aprender de ella», elogió.
La multitud murmuró su acuerdo.
Entonces, al ver a Corrine al fondo, los ojos de Bryant brillaron con complicidad detrás de sus gafas. «Estoy especialmente interesado en la presentación de Ford Group», anunció.
En ese momento, un coordinador se acercó a él. «Sr. Hopkins, deberíamos empezar», sugirió respetuosamente.
«Por supuesto», respondió Bryant, entrando en la sala.
Mientras el grupo entraba, Natasha agarró a Corrine del brazo. «Corrine, algo no va bien», le susurró con voz tensa.
La intuición de Natasha le decía que el interés de Bryant iba más allá de lo profesional. Era posible que tuviera a Corrine en el punto de mira.
«No te preocupes. Pase lo que pase, lo manejaremos». Corrine apretó la mano de Natasha para tranquilizarla.
Si realmente iban a por ella, no tenía sentido esconderse.
Según el sorteo, el Grupo Ford era el último en presentar. El retraso le dio al equipo un amplio margen para revisar tres veces sus materiales.
Corrine se recostó en su asiento, con una pierna elegantemente cruzada sobre la otra y las manos entrelazadas, mientras escuchaba a los representantes de las otras empresas subir al escenario.
Desde su posición en el escenario, Bryant la observaba atentamente. Detrás del brillo frío de sus gafas, sus ojos mostraban un tono de desdén. Su compostura lo sorprendió: serena como el agua tranquila, sin mostrar ni un atisbo de tensión.
Más serena de lo que había esperado.
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