El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 130
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Capítulo 130:
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«Pon a Corrine al teléfono.»
Los labios de Nate se curvaron en una sonrisa burlona mientras miraba a Corrine, aún profundamente dormida contra su brazo. Levantándose en silencio, se dirigió al balcón.
«No está disponible», dijo, con un tono frío y palabras deliberadas.
Al otro lado, la voz de Bruce se elevó, mezclada con celos apenas velados.
«¿Quién demonios te crees que eres para decidir eso por ella? ¡Déjame hablar con Corrine!»
Nate no se molestó en consentir el arrebato. Colgó sin decir nada más y el tono de llamada resonó en los oídos de Bruce.
Bruce se quedó mirando el teléfono, con la mandíbula tensa y la ira latente bajo su fachada tranquila. Soltó una fría carcajada, con un tono burlón.
«Corrine, así que esto es a lo que has llegado.»
Cuando su ayudante entró, Bruce estaba de pie junto a la ventana, con una expresión tan sombría como los nubarrones que se habían cernido sobre la ciudad la noche anterior. El ayudante vaciló, percibiendo la tensión en la habitación. Aclarándose la garganta con cautela, dijo: «Sr. Ashton, todo el mundo está listo para la reunión».
Bruce se volvió hacia él, su mirada aguda y cortante, provocando un escalofrío involuntario en la espina dorsal del ayudante.
«¿Cuál es la actualización de la gente que envié a investigar Corrine?», Preguntó, su voz lo suficientemente frío como para congelar el aire.
El ayudante vaciló antes de responder rápidamente: «Aún no se ha descubierto ninguna información significativa. Parece que alguien ha hecho todo lo posible por ocultar su paradero».
Desde la salida de Corrine del Grupo Ashton, se había convertido en un completo misterio.
Incluso las grabaciones de vigilancia que documentaban sus movimientos habían sido meticulosamente borradas, sin dejar rastro alguno.
Bruce frunció el ceño y una persistente sospecha se agolpó en su mente. ¿Podría Corrine esconder algún secreto que se le hubiera escapado?
Dirigió su atención a su ayudante y su voz cortó la tensión.
«¿Qué informó Kaiden Hudson del Grupo Ford?» Las palabras flotaban en el aire, cargadas de implicaciones tácitas.
El asistente, sintiendo el peso del momento, respondió con cuidado: «Kaiden mencionó una reasignación a otra rama, sin planes inmediatos de regresar…»
Con cada palabra, un frío invisible parecía impregnar el despacho, transformando la sala en un paisaje ártico de tensiones tácitas.
Tras una momentánea vacilación, midiendo cuidadosamente la atmósfera intimidatoria que irradiaba Bruce, el ayudante añadió en voz baja: «Señor Ashton, es la hora de la reunión».
La respuesta de Bruce fue inmediata. Agarró el teléfono con fuerza y se dirigió a la sala de reuniones con movimientos precisos y decididos.
En marcado contraste con la intensa conducta de Bruce, Corrine se sentía notablemente serena. Sus ojos se abrieron y recorrieron la habitación antes de posarse en la forma yacente de Nate en el sofá.
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