El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 129
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Capítulo 129:
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«Pero ya has perturbado mi paz, así que ahora debes responsabilizarte de mí».
Su voz profunda la envolvió como terciopelo, provocándole un delicado escalofrío. Sus mejillas se llenaron de un calor rosado.
Corrine inclinó ligeramente la cabeza, tratando de mantener cierta apariencia de corrección.
«Entonces deberías descansar bien ahora, y seguir trabajando cuando te baje la fiebre».
La sonrisa de Nate era tierna, casi cariñosa.
«De acuerdo, haré lo que dices.»
«Bien. Entonces duerme un poco. Me quedaré y me aseguraré de que estés bien».
Pero Nate iba varios pasos por delante. Con un movimiento rápido, le rodeó la cintura con el brazo y la levantó horizontalmente. Su voz se redujo a un susurro deliberadamente bajo.
«Si sigues moviéndote así, no puedo prometerte que no perderé el control». La amenaza implícita flotaba en el aire. Corrine comprendió perfectamente y sus mejillas se ruborizaron con mayor intensidad. Se mordió ligeramente el labio inferior, rindiéndose a su abrazo.
Su aroma fresco y terroso la envolvió, haciendo que su corazón se acelerara con una mezcla de anticipación y vulnerabilidad.
Nate se inclinó y le dio un suave beso en las pestañas antes de acariciarle la espalda.
«Duerme», susurró.
Aunque en un principio había planeado marcharse en silencio cuando Nate se durmiera, inesperadamente se quedó dormida.
Cuando Nate abrió lentamente los ojos, encontró a Corrine apaciblemente acurrucada contra su brazo, parecida a un tranquilo gatito.
Sus largas pestañas proyectaban delicadas sombras sobre sus mejillas, su nariz ligeramente respingona con una suave elegancia que atrajo su mirada. Sus labios, ligeramente entreabiertos por el sueño, brillaban tenuemente como el rocío sobre la fruta madura, y la leve curva de su escote revelaba un atisbo de piel de porcelana bajo la holgada tela de su blusa. Los ojos oscuros de Nate se ablandaron al admirar su expresión apacible.
Su mirada se hizo más profunda, impregnada de ternura y de algo más indefinible. Una sonrisa resignada se dibujó en la comisura de sus labios.
Confiaba demasiado en él.
Extendió la mano y sus dedos rozaron delicadamente su mejilla, como si trazaran una línea poética. En sus ojos parpadeó un silencioso encaprichamiento al estudiar sus facciones serenas.
No podía entender por qué Bruce elegiría a Leah en lugar de Corrine. En términos de belleza, Leah no era rival para ella. En antecedentes familiares, Corrine la superaba con creces. No había nada en Corrine que pudiera faltarle.
Pero, de nuevo, tal vez fue la pérdida de Bruce la que había allanado el camino para la ganancia de Nate. Si Bruce no la hubiera abandonado, las cosas podrían haber sido mucho más complicadas.
Justo cuando sus pensamientos divagaban, el teléfono de Corrine zumbó con fuerza, rompiendo la tranquilidad del momento.
Nate lo cogió rápidamente y echó un vistazo a la pantalla antes de contestar.
«¿Quién es?» La línea quedó en silencio durante un instante antes de que la voz familiar de Bruce respondiera, aguda y teñida de ira apenas reprimida.
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