El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1270
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Capítulo 1270:
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Jules lo entendió al instante. Barry había muerto, justo después de conocer a Jayden. Las sospechas eran inevitables.
Al terminar la llamada, Jules permaneció inmóvil, con la mirada fija en nada en particular. El cigarrillo se consumía entre sus dedos, con las brasas brillando débilmente. Si esto se salía de control, Jayden sería el que pagaría las consecuencias. La prioridad ahora era descubrir la verdadera causa de la muerte de Barry e identificar a quien estuviera moviendo los hilos.
Un pinchazo agudo le atravesó las yemas de los dedos. El cigarrillo se había consumido y le había rozado la piel. Una punzada de irritación le recorrió el cuerpo mientras aplastaba la colilla humeante en el cenicero. Se levantó y regresó al comedor privado.
Mientras tanto, Corrine acababa de recibir la noticia de la muerte de Barry. Su pausa no duró más que un latido, pero en ese fugaz instante, algo brilló detrás de su mirada.
Una voz suave y pausada la sacó de sus pensamientos. —Parece que la cena de esta noche no ha sido de su agrado.
Corrine levantó la vista. Sus labios se curvaron ligeramente, aunque la sonrisa no llegó a alcanzar sus ojos. —Qué detalle por su parte, señor Lowell, preocuparse por alguien tan insignificante como yo en un lugar como este.
Claude apartó la silla que había junto a ella y se sentó con naturalidad.
El blanco impoluto de su camisa contrastaba con su piel ligeramente bronceada, y las mangas, remangadas con naturalidad, dejaban al descubierto unos antebrazos que denotaban una fuerza refinada, fruto más de la disciplina que de la fuerza bruta. Cada movimiento, cada cambio de postura, rezumaba la tranquila confianza de un hombre acostumbrado a mandar.
Corrine no apartó la mirada. Más bien al contrario, le devolvió la mirada con una calma inquebrantable, con un porte natural pero llamativo. La tranquila confianza que transmitía, su forma de comportarse,
Corrine lo dejó claro: no era una mujer a la que se pudiera subestimar. Los labios de Claude se curvaron en una expresión que rayaba en la diversión, y sus oscuros ojos brillaron con interés. —Señorita Holland, es usted increíblemente hermosa. Es natural que llame la atención. Ya que vamos a cenar juntos, no hay necesidad de formalidades. Si no le importa, ¿por qué no me llama por mi nombre?
Corrine ladeó ligeramente la cabeza y esbozó una sonrisa que no era ni cálida ni fría. —Normalita.
—Demasiado modesta —murmuró Claude, sin apartar la mirada de ella.
Sin embargo, Corrine no tenía ningún interés en entretenerse con cumplidos vacíos. Su tono se volvió seco, cortando de raíz la cordialidad fingida. —Sin duda ha montado un gran espectáculo esta noche, señor Lowell. Menuda actuación.
Claude fingió inocencia, con expresión impasible. —Me temo que no sé a qué se refiere, señorita Holland.
Ella no se inmutó. Él se hacía el tonto. Corrine lo había calado.
La muerte de Barry no había sido una coincidencia. Y Claude había tenido algo que ver.
Desde el momento en que apareció en la entrada de la comisaría hasta ahora, sentado a la misma mesa que Corrine, cada movimiento había sido orquestado con precisión.
Aunque las sospechas recayeran más tarde sobre Claude, se había asegurado un coartada irrefutable. Nadie podía inculparlo.
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Nota de Tac-K: Pasen un excelente fin de semana queridas personitas. Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. ヾ( ˃ᴗ˂ )◞ • *✰
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