El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1257
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Capítulo 1257:
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—¿Te refieres al tipo de la familia Ford que se metió en problemas? —susurró otro.
—¿Quién si no? Nunca imaginé que alguien con tanta riqueza y estatus se comportaría de forma tan imprudente.
—La gente es capaz de cualquier cosa por dinero. Pero si acababan de elogiarlo como ciudadano modelo, ¿y ahora estalla este escándalo? Qué vergüenza.
Corrine se detuvo en seco, con el rostro ensombrecido.
No dijo nada, pero apretó los puños con fuerza. Un destello frío brilló en sus ojos.
La situación de ayer se había complicado. Ahora, el nombre de Jayden aparecía en todas las redes sociales. Ella había hecho todo lo posible por mantenerlo en secreto, pero era evidente que alguien estaba decidido a sacarlo a la luz.
Exhaló lentamente, empujó la puerta y entró. Las dos mujeres se quedaron en silencio en cuanto la vieron. El pánico se reflejó en sus rostros. —Señorita Holland… —tartamudeó una de ellas.
Corrine no les hizo caso. Sin decir nada, se dirigió directamente a un cubículo.
Las dos no perdieron tiempo. Salieron apresuradamente y desaparecieron de su vista.
No las culpaba. El verdadero problema no eran los chismes, sino las personas que trabajaban en las sombras para causar problemas.
Regañar a los curiosos no detendría los rumores.
La única forma de acallarlos era descubrir pruebas sólidas. Y el tiempo se estaba acabando.
Cuando Corrine salió del baño, casi chocó con Natasha.
La mujer parecía tensa, su inquietud era evidente.
Corrine sintió un nudo en el estómago. Algo iba mal.
Su expresión se endureció. —Volvamos a mi oficina.
Una vez dentro, Natasha no perdió tiempo. Las palabras salieron a borbotones de su boca. —Acaba de llamar el equipo de investigación. Han ordenado detener inmediatamente el proyecto del distrito este. Nuestro personal debe cooperar plenamente con la investigación.
Una mirada gélida se apoderó del delicado rostro de Corrine. —¿Cuál es el motivo?
—Creen que la oferta del Grupo Ford fue… —Natasha vaciló, y su voz se apagó bajo la mirada penetrante de Corrine.
Corrine soltó una risa fría. —Creen que se ganó mediante negocios turbios.
Natasha bajó la mirada y no dijo nada.
La habitación se quedó en un silencio inquietante.
Pasaron unos minutos antes de que el teléfono de Natasha sonara de repente.
Lo cogió de inmediato. Era una llamada del departamento financiero.
—¡Señorita Dixon, tenemos un problema grave! ¡El banco acaba de congelar todas las cuentas de la empresa!
Natasha levantó la cabeza de golpe y miró a Corrine.
—Lo entiendo —dijo Natasha con voz tranquila.
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