El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1245
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1245:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Barry frunció ligeramente el ceño y su rostro se volvió frío. —Señorita Holland, ¿qué está insinuando exactamente?
Corrine arqueó una ceja y esbozó una sutil sonrisa. —Durante años, la familia Ford te ha apoyado en la universidad y se ha hecho cargo de tus problemas económicos. ¿Cómo les has pagado?
Barry bajó la mirada, tratando de ocultar el pánico en sus ojos. —No sé de qué está hablando.
—¡Deja de mentir! —le espetó Jules a Barry, con los ojos ardientes de ira.
La idea de la traición de Barry solo hizo que la furia de Jules se intensificara.
Corrine lo agarró rápidamente por la muñeca, indicándole que se calmara.
Jules apretó los dientes, con el pecho hinchado por la ira. —¡Necesito fumar!
Si se quedaba allí más tiempo, temía perder el control y golpear a Barry hasta dejarlo inconsciente.
Una vez que Jules se marchó, Barry se sintió un poco más valiente al enfrentarse solo a Corrine. —Señorita Holland, no sé por qué me ha traído aquí, pero entrar en mi casa y retenerme contra mi voluntad es un delito grave.
Corrine soltó una risita. —Señor Pérez, ya que conoce tan bien la ley, quizá pueda decirme cómo se debe tratar a alguien que incrimina a un funcionario público.
Al oír sus palabras, las pupilas de Barry se contrajeron y se le encogió el corazón.
Detrás de las gafas, sus ojos brillaron con un destello extraño, fijos en el rostro cautivador de Corrine.
Parecía solo otra cara bonita, pero había algo impredecible en ella.
A pesar de su actitud aparentemente no agresiva, había una fría indiferencia…
En sus ojos había una fría indiferencia.
Sus ojos oscuros, en particular, tenían un brillo agudo y escalofriante que la hacía difícil de leer y lo dejaba inquieto.
Barry provenía de un entorno privilegiado, pero la vida le había jugado una mala pasada. Nacido en una familia rica, perdió a sus padres de forma inesperada, sus tíos le arrebataron su herencia y fue despiadadamente abandonado.
Más tarde, un orfanato lo acogió y, casualmente, la familia Ford llevaba años apoyándolo.
—He investigado tus antecedentes. Desde que empezaste la universidad, has trabajado duro para conseguir becas completas —dijo Corrine, cruzando las piernas con aire despreocupado mientras se relajaba en el sofá—. Estoy segura de que, incluso sin la ayuda de la familia Ford, tu inteligencia y tus habilidades te habrían llevado al éxito por ti mismo.
La expresión de Barry se suavizó y sus ojos se llenaron de nostalgia mientras hablaba, con un tono de añoranza en sus palabras. —Pero es cierto, sin el apoyo de la familia Ford, no estaría donde estoy hoy.
—¿Por qué traicionaste a mi tío cuando la familia Ford siempre ha sido buena contigo? —preguntó Corrine.
Ante su pregunta, Barry salió de su ensimismamiento. El pánico se reflejó en sus ojos detrás de las gafas, pero rápidamente se recompuso. —Señorita Holland, tiene razón. La familia Ford ha sido muy generosa conmigo. Nunca haría nada para perjudicarles —respondió.
.
.
.