El gran regreso de la heredera despechada - Capítulo 1236
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Capítulo 1236:
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No podía decirle simplemente que las acciones de Nate la habían conmovido tanto esa noche que besarlo le había parecido la única forma de mostrarle su agradecimiento.
Las palabras no le salían, no con su orgullo interponiéndose.
Cuando llegaron a la finca Celtis, Corrine fue la primera en salir del coche. Mandy se acercó a ella. —Señorita Holland, se ha dejado esto en el coche.
Era la caja que Jonathan le había entregado antes.
Corrine tomó la caja con una amplia sonrisa. —Gracias.
Nate la siguió, mirando brevemente hacia la caja, pero no dijo nada.
Una vez dentro de la sala, Nate se quitó la chaqueta del traje. —¿Qué tal un bocadillo?
—No, gracias. —Los ojos de Corrine se posaron en la caja sobre la mesa de centro mientras sus pensamientos se alejaban.
Era la que Jax le había enviado cuando se marchó del Continente Independiente. Desde su regreso, había estado ocupada con diferentes asuntos y aún no había tenido tiempo de abrirla.
Nate se dio cuenta de su mirada y se acercó a la mesa de centro. —¿Por qué no tomamos un aperitivo primero y luego miras lo que hay dentro?
Corrine dudó un momento antes de asentir.
Se sentaron a la mesa del comedor. Corrine se llevó a la boca una cucharada de sabrosa avena y se dio cuenta de que Nate no estaba comiendo mucho, a pesar de lo mucho que había dicho que le apetecía un aperitivo.
—¿Por qué no comes? —le preguntó, desconcertada. ¿No acababa de decir que quería un aperitivo?
Nate la observó atentamente, con una pequeña sonrisa en los labios. —Estoy bien. Tú come más.
Corrine sintió una punzada de sospecha. ¿Por qué quería que comiera más?
Echó un vistazo a Nate y lo encontró sonriendo, con una expresión llena de diversión.
Su mirada le recordó a la de un cazador observando a su presa. Le aceleró el corazón y despertó algo extraño en su interior.
Cuando terminaron de comer, Corrine se sentó con las piernas cruzadas en el sofá, con algunos aperitivos esparcidos sobre la mesa.
—¿Has abierto la caja para ver qué hay dentro? —Pasó suavemente los dedos por la caja, admirando los delicados grabados que le hacían dudar si soltarla.
Nate se rió entre dientes. —Es tu regalo. ¿Cómo iba a abrirlo?
Con eso, Corrine desbloqueó la caja y levantó la tapa.
Un intenso aroma a ébano y madera de áloe inundó inmediatamente el aire.
Algo estaba escondido bajo un trozo de tela roja.
Levantó suavemente la tela, dejando al descubierto una impresionante horquilla decorada con piedras preciosas de colores. Era un extravagante adorno para el cabello destinado a simbolizar la nobleza y el alto estatus.
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